Gracias a la farmacogenética se pueden detectar las enfermedades con base genética precozmente, mejorar los tratamientos adecuándolos al perfil genético del enfermo y logrando menos efectos secundarios. La medicina individualizada es un hecho, esto nos recuerda, por poner un ejemplo, a la nutrigenómica (dietas personalizadas a nivel genético). Cuanto más personalizado es un tratamiento, mejor es la respuesta por parte del organismo, hay que entender que cada organismo es distinto y cada uno tiene sus necesidades individuales. El nuevo programa piloto para el uso de la farmacogenética en el tratamiento de la linfoblástica aguda en los niños, se basa en la aplicación de un test genético, consiguiendo así conocer como actuará el organismo frente al tratamiento. Esto evitará “equivocaciones" a la hora de utilizar uno u otro tratamiento, además de administrar las dosis adecuadas.
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