No se pueden juzgar los motivos, si no buscar el problema, y es lo que analizan los profesionales de la salud e investigación, de donde ya se desprende que los trastornos psicológicos que algunas mujeres pueden sufrir, impiden que puedan dejar de fumar durante el embarazo.
Ciertos niveles de estrés, falta de apoyo o de recursos, dificultad a la adaptación, etc., son algunas causas que pueden llevar a la depresión y con ello, el fracaso de los cambios en los hábitos para favorecer el desarrollo y la salud del feto. Según datos del Gobierno estadounidense, más de una de cada diez embarazadas fuma, y esta es una de las explicaciones, la depresión u otros trastornos psicológicos hacen a quien lo sufre más dependiente del tabaco.
No está demostrado, pero pudiera ser que la nicotina tuviera cierta acción antidepresiva sobre el cerebro, lo que haría que estas embarazadas no fumaran por ser un hábito, si no en búsqueda del efecto terapéutico.
Esperamos que se ahonde mucho más en este tipo de investigaciones para lograr encontrar un remedio que afecta a toda la población, como anuncian las cajetillas de tabaco, aunque los ojos de los fumadores no lo pueden ver, el tabaco mata.
Vía| El Mundo En Bebés y más | Noticias sobre tabaquismo