Y ahora sí, ahora sí es recomendable limpiar el chupete del bebé mediante la saliva de sus padres, según el último estudio

Ya, es verdad que a muchas nos habían advertido de todas las formas posibles que jamás, por ninguna circunstancia, nos meteríamos en nuestra boca el chupete de nuestro hijo si queríamos “limpiarlo” en alguna circunstancia puntual. Durante años eso es lo que nos han dicho a muchas madres.

Pues ya no es así. Ahora sí es recomendable limpiar el chupete del bebé mediante la saliva de sus padres según el último estudio publicado por la Universidad de Göteborg en Suecia y las razones son bastante sensatas a la vista de los resultados obtenidos, todo sea dicho.

La investigación desarrollada por la Universidad de Göteborg en Suecia, ha sido dirigida por Agnes Wold y publicada en la revista “Pediatrics” una publicación de referencia para madres, padres y profesionales de la salud infantil.

En dicho estudio han analizado la salud de 184 niños desde su nacimiento hasta los 3 años de edad.

Se seleccionaron niños con antecedentes familiares de alergias. La cuarta parte de ellos ya había tenido eczema al cumplir los 18 meses, un 15% de ellos tenía reacciones alérgicas a alimentos y un 5% padecía asma. Hay que tener en cuenta que en Suecia este tipo de trastornos inmunitarios afecta ya a uno de cada tres niños en edad escolar, una cifra que preocupa a las autoridades sanitarias del país como es lógico.

El estudio ha venido a reconocer que las bacterias del adulto que pasan al bebé ayudan al desarrollo de sus sistema inmunitario, no elevan el riesgo o la posibilidad de sufrir infecciones respiratorios y además previenen el asma, los eczemas y las alergias en la infancia.

La “burbuja de la higiene”

El exceso de higiene en los primeros años de vida de un niño ha quedado más que demostrado que no estimula precisamente sus sistema inmunológico, al contrario. Cuando pasado el tiempo encuentra antígenos contra los que luchar, ese sistema inmunológico que hasta entonces ha estado inutilizado gracias al exceso de higiene de su entorno, reacciona de una forma exagerada que se transforma en alergias, asma y trastornos atópicos.

Los estudios que demuestran que el entorno en el que se desarrolla el bebé durante sus primeros años de vida va a determinar el desarrollo de su propio sistema inmunológico son cada vez más contundentes y más numerosos.

Hasta el momento no se había desarrollado un estudio en el que se analizara precisamente la transmisión de bacterias y virus de padres a hijos a través del chupete, como es este caso y los datos son contundentes.

El efecto de la saliva de los padres y madres resulta más protector que contaminante para sus hijos, es cierto que va disminuyendo a medida que el niño se acerca más a los tres años pero incluso a los tres años el riesgo de eczema en estos casos sigue siendo un 49% más bajo en estos niños que en los que han tenido unas medidas higiénicas más escrupulosas. El riesgo de tener asma antes de cumplir el año y medio se reduce en un 83% y el de tener reacciones alérgicas a los alimentos en un 63%.

Primando el sentido común

Ante la falta de aclaración sobre lo que los padres y madres que participaron en el estudio hicieron cuando por ejemplo eran ellos y ellas los que estaban acatarrados por ejemplo, se entiende que en cualquier caso primó el sentido común.

De hecho sí queda claro que los participantes en el estudio se decantaron por aquello que consideraron más oportuno en cada momento y dependiendo de la situación. Un 83% de ellos reconoció que además de su saliva, ponía el chupete bajo el chorro de agua fría para limpiarlo si la situación así lo requería.

Lo que es indiscutible a la vista de los resultados es que los niños a los que se les limpió el chupete con saliva, no han sufrido más infecciones respiratorias ni siquiera en sus seis primeros meses de vida que aquellos a los que se les limpió con agua fría o incluso hirviéndolo.

Quizás el hecho de que a lo largo de los siglos los niños pequeños han estado siempre expuestos a una enorme cantidad de virus y bacterias nos lleve a reflexionar sobre lo negativo que es para su salud que las eliminemos todas drásticamente de sus vidas cuando son bebés como venimos haciendo en los últimos años y lo que esto supone para su sistema inmunitario cuando crecen e incluso cuando son adultos.

Vía | lavanguardia.com
Fotos | iStockphoto
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