Según estudios realizados por especialistas en Nueva Zelanda el tiempo que dedicamos a nuestros hijos sobretodo en los tres primeros años de vida favorece el desarrollo del cerebro del niño de una manera adecuada. Los niños que son amados y tienen la oportunidad de explorar el mundo y disfrutar de experiencias positivas se vuelven individuos flexibles, sociables, afectuosos e inteligentes.
Cuando nacemos nuestro cerebro sólo está conectado en un 15%, el 85% restante se va conectando como respuesta a las experiencias vividas principalmente en los primeros tres años de vida.
Estudios han encontrado que los niños que crecen en ambientes caóticos, violentos o en circuntancias de abuso e incluso ignorados, no desarrollan importantes características para ser individuos sociables y esto les crea secuelas que se manifestarán en su vida como adulto.
El mejor regalo que podemos dar a nuestros hijos es compartir con ellos todo el tiempo que podamos.
Vía | Stroller derby Más información | Scoop