Todos conocemos la conocida frase o consejo “prediquemos con el ejemplo” que quiere decir que la mejor manera de explicar algo es mediante nuestros actos o apoyando nuestras palabras con los hechos.
El Dr. Estivill es autor de varios libros, los más conocidos son Duérmete niño, dedicado a enseñar a los niños a ‘dormir bien’, es decir, evitando que por la noche se despierten (pese a ser algo natural) mediante métodos conductistas muy cuestionados y ¡A comer!, un manual para incorporar buenos hábitos en los niños, algo así como que se coma lo que hay, le guste o no y que no se levante de la mesa.
Hasta aquí ninguna novedad, la corriente generada por Estivill es por todos conocida y al igual que tiene muchos detractores, también tiene muchos defensores. Unos y otros piensan que hacen lo mejor por sus hijos, por tanto tan respetable es formar parte de un grupo como del otro.
Ahora bien, ¿qué sensación queda cuando el maestro y mentor no sigue sus propias recomendaciones?
En una entrevista realizada para Capio Sanidad, Magazine del Hospital General de Catalunya, para el que trabaja el Dr. Estivill, afirma en relación a su nieto que “evitamos tener que seguir el ‘Método Estivill’, no hizo falta reeducarlo porque aprendió desde el primer día”. Según explica dormía seis horas seguidas a los tres meses y toda la noche a los 6 meses. Por eso “evitaron” tener que utilizarlo.
Según su libro a los 3 meses debe comenzar la “tarea de inculcarle un buen hábito del sueño” y recomienda que “desde el tercer mes no os levantéis a cogerlo ante el primer gemido”. Es decir, a los 3 meses ya se inicia el método Estivill. Comenta que su nieto se despertaba a las 6 horas con 3 meses, luego no dormía toda la noche.
Por ejemplificar, si se dormía a las 21 horas de la noche, se despertaba a las 3 de la mañana. ¿Quiere decir con esto que al despertarse a las 6 horas de haberse dormido, según mi ejemplo a las 3 de la mañana, no llevaron a cabo el método? ¿Quiere decir que con su nieto sí acudían raudos pero que el resto de padres y madres debemos esperar un rato?
Comenta también en la entrevista que “siempre hay alguna cosa que los cuidadores hacen mal y por eso el niño no duerme. Nunca es culpa del niño (…) los niños reciben los problemas de ansiedad, los conflictos de la pareja o el estrés de los padres y eso les afecta”, es decir, los niños ya saben dormir por sí solos, si tardan en dormirse y se despiertan es culpa de los padres.
En la contraportada del libro podemos leer “el 35 por ciento de los niños menores de 5 años padecen insomnio infantil” y en el libro habla de ello como un hábito que debemos enseñar a los niños, sin embargo ahora parece ser que los niños duermen mal porque los padres tenemos la culpa. Estoy seguro que cientos de padres de carácter afable y tranquilo pueden atestiguar que sus hijos también tardan en dormir y se despiertan de noche pese a que no hay un entorno de estrés y/o ansiedad.
Tras esta afirmación del Dr. Estivill, y si fuera cierto, ¿no sería más fácil ir a la raíz del problema e intentar eliminar los factores del entorno que producen estrés y ansiedad en el niño? ¿por qué la solución a los problemas de los padres pasa por enseñar a los niños a vivir con ellos pero ahogando los síntomas?
Las recomendaciones ante los problemas es que no los ‘ahogemos’ en nuestro interior. Todos hemos explicado alguna vez la metáfora que dice que “si te vas guardando los problemas, éstos se harán una pelota cada vez más grande y al final reventará”. El método Estivill consiste, tal y como lo explica él mismo en la entrevista, en permitir el traspaso de sentimientos de ansiedad y de estrés de los padres a los hijos y evitar que lloren por ello o muestren su malestar, es decir, permitiendo que los vivan, pero no que los expresen, por lo tanto haciendo que los ‘guarden’ o ‘almacenen’ para el futuro.
Con respecto al método del ¡A comer! de conseguir que los niños tengan buenos hábitos alimenticios, que coman de todo y por tanto lleven una alimentación equilibrada estoy de acuerdo en que el objetivo es loable. No así los métodos ni el ejemplo del Dr. Estivill, que hace unos años se realizó una reducción de estómago porque “las dietas no van conmigo”.
“Haz lo que digo, pero no lo que hago”. Me alegro de no ser uno de los padres que han llevado a cabo unos métodos que ni siquiera su autor utiliza.
Vía | Capio Sanidad (en catalán)
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