Esta foto de una enfermera de la UCI dando el pecho a su hijo ilustra a las madres trabajadoras en tiempos de coronavirus

La madre tiene el rostro prácticamente cubierto por una mascarilla industrial con válvulas y una pantalla protectora. Aparece con los ojos cerrados, exhausta por lo que implica cuidar de su hijo y a la vez lidiar con el agotamiento físico y mental por lo que está viviendo en su trabajo de sanitaria. Mientras, su bebé, come tranquilamente sin extrañarse del aspecto tan surrealista de su madre, mirándola con devoción.

Esta es la foto de la enfermera de la UCI del Centro Médico Bautista de Missouri (Estados Unidos), Mandi Tuhro, aprovechando un descanso en su trabajo para amamantar a su bebé. Se ha convertido en un símbolo, en la imagen de lo que significa ser madre en tiempos de coronavirus.

Porque la pandemia está siendo muy difícil para todos, pero en especial para los profesionales de la salud. Si además tienes familia y trabajas en un hospital, la cosa se complica y más en caso de mantener la lactancia materna.

"Lo bueno, lo malo y lo feo de ser una madre trabajadora"

"El amor y la alegría que conlleva la maternidad es un sentimiento indescriptible. Y también lo es la culpa, la agitación emocional, la montaña rusa hormonal y la falta de sueño".

Esta es la vida de Mandi, la protagonista de la fotografía, y admite que así queda "capturada en una foto".

Explica que "desde el principio de los tiempos, la gente ha utilizado símbolos e imágenes para representar la vida en su época. Este es el mío. Esta era mi vida durante esta época (pandemia)".

Es un verdadero reflejo de la experiencia que he vivido. No se puede debatir. Cada uno tiene su propia historia".

Con estas palabras esta madre y enfermera cuenta en Instagram por qué decidió publicarla y su sorpresa al comprobar que se había convertido en un ejemplo de madre trabajadora, compartida en numerosas web como lo hizo Life after Birth en su post del Día Internacional de la Mujer, "junto a fotos de otras mujeres de diferentes colores, formas, tamaños, experiencias; todas andando por diferentes caminos de la vida".

Asegura que sus experiencias del último año han sido impactantes e incómodas, pero le han ayudado a crecer.

Explica su historia en St. Louis Magazine, donde asegura que "esta imagen resume mi experiencia como madre primeriza".

"Una madre que no consigue que su bebé duerma. Una madre que no consigue que su bebé aumente de peso o le dé el pecho sin dolor. Una mamá que llora cuando se pone el sol por miedo a la noche. Una mamá que no puede calmar a su bebé".

Se extiende también hablando de sus problemas para compaginar la lactancia con su trabajo o las peripecias que tiene que hacer para lograr sacarse leche, con la que muchas madres se identifican.

La dureza de la lactancia sin experiencia en una UCI

"En una UCI con mucho trabajo, tengo que confiar en que otras personas saquen tiempo para cuidar a mis pacientes, además de a los suyos, para que yo pueda ir a sacarme leche durante un periodo de tiempo lo suficientemente largo como para producir suficiente leche".

Es una de las duras confesiones de esta madre y enfermera que explica que se extrae la leche mientras conduce al trabajo cargada con "mi bolsa del trabajo, mi bolsa de almuerzo, mi bolsa de extracción, la mascarilla y mi bolso".

"El estrés de ver tanta muerte y de procurar poner al día por teléfono a los indefensos miembros de la familia ha hecho mella en mi producción de leche y en mi bienestar".

Y es que tal y como ella admite, vuelve a sacarse leche en el coche de camino a casa: "En el trabajo, estoy desesperada por llegar a casa. En casa, estoy lidiando con la ansiedad por el trabajo".

Los pros y los contras de ser madre en pandemia

Explica Mandi que su marido y ella vivieron la baja por maternidad en una burbuja, mientras "nos llevaban la comida a casa y salíamos a comprar lo esencial".

"El tiempo ininterrumpido que pasamos juntos durante esos meses no tiene precio. Sin embargo, el peaje del confinamiento en casa supuso una presión adicional como madre primeriza para hacerlo todo sola".

"Mis padres y los de mi marido se quedaban a dos metros de distancia fuera y contemplaban al bebé desde lejos. No pudieron cogerlo hasta que cumplió tres meses".

Admite que al ser su primer hijo ignoraba muchas cosas y le costó hacer otras básicas, como conseguir que su bebé se agarrara bien, por lo que no auiemntaba de peso. Reconoce que sufrió depresión posparto, al pensar que "no estoy haciendo un buen trabajo".

Todo este miedo, inseguridad, esfuerzo y aprendizaje, es lo que esconde esta magnífica imagen de Mandi, una madre primeriza que trabaja en la UCI y sigue amamantando a su bebé, que la tiene totalmente exhausta y que aún recuerda el dolor de poner a su hijo al pecho día y noche durante el postparto porque no recibió asesoría en la lactancia.

Así es esta mujer que se ha convertido en símbolo de otras madres y que reconoce que sintió mucha ansiedad por volver a trabajar, pero que tenía que hacerlo "para alimentar a mi familia y pagar mi hipoteca".

Y nos quedamos también con una reflexión final, donde asegura que con el tiempo se ha acostumbrado y la lactancia materna se hizo poco a poco más fácil, procurando no ser una madre perfecta.

"Me convertí en una "heroína y en una trabajadora de primera línea en contra de mi voluntad en el otro ámbito principal de mi vida: mi carrera. Ahora mismo no hay una sola faceta de mi vida en la que no me necesiten. Estoy decidida a encontrar el equilibrio."

Vía | St. Louis Magazine

Fotos | @Mandy Thuro/ iStock

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