Continuamos preparándonos para el Día del Padre con entrevistas que nos hablen del sentido de la paternidad en el mundo de hoy, de hombres comprometidos con la crianza de sus hijos. Hoy vamos a hablar con Óscar Romero Ramírez, un papá maravilloso que además ejerce como profesor desde 1999.
Óscar no ha cesado de buscar herramientas con las que crecer tanto profesional como personalmente en estos años y actualmente alterna su trabajo como docente en una escuela de pedagogía activa, con la crianza de sus hijos de cuatro y dos años, clases de yoga y su hobbie, crear juegos de mesa infantiles.
¿Ha cambiado la paternidad el sentido de tu vida?
En mi caso, tener a mi primer hijo recién nacido en brazos fue como hacer un análisis de conciencia de la posición en la que me encontraba; padre y al mismo tiempo hijo. Una vocecilla dentro de mí me decía “Bueno, ahora te toca a ti. ¿Qué vas a hacer contigo?".
De repente cambia el eje del universo y llega a casa una personita maravillosa, totalmente dependiente que, sin tú proponértelo, va a poner a prueba todo lo que conocías hasta ese momento.
Eso afecta, ¿verdad?
La manera en la que esto afecta a cada persona creo que es totalmente diferente dependiendo de su momento personal, su situación de pareja, las circunstancias del nacimiento del bebé… pero sin duda, hay muchas cosas que cambian de lugar en nuestra escala de valores.
Antes de ser padres pensamos que tener hijos será una cosa, pero cuando llegan, en realidad no somos y ni actuamos como pensábamos que haríamos. ¿Te ha pasado a ti también?
No acabo de saber qué padre soy. Sólo intento aprovechar las oportunidades que me encuentro para disfrutar de la vida y hacer partícipes a las personas que me rodean. Me esfuerzo cada día por sacar partido de mis virtudes y hacerlas extensibles a mi familia, domando mis defectos y intentando transformarlos en virtudes, en la medida de lo posible. No es nada fácil.
¿Qué áreas personales has trabajado gracias a la paternidad?
La paternidad además de maravillosa también conlleva un importante trabajo de entrega, de reflexión y confrontación de uno mismo, en el que se pone a prueba tu capacidad de empatía, de tolerancia y de sometimiento de ese yo egoísta que se enfada cuando no hace lo que quiere, entre otras muchas cosas.
¿Eres el padre que deseas ser?
Intento mantener un equilibrio entre lo que deseo y lo que debo, así como nunca se puede llegar a tener todo lo que se desea, porque los deseos son volátiles y van cambiando, intento encontrar puntos de unión entre las aristas de las diferentes facetas que forman nuestra vida, para intentar que haya cabida para todas aquellas cosas y aspectos que creo importantes y necesarios para ellos y para nosotros.
Los niños nos enseñan muchas cosas, ¿qué has aprendido gracias a tus hijos?
La capacidad de amar incondicionalmente. La posibilidad de ser alguien “fresco" a cada momento. Como dicen los sabios, evitar arrastrar impresiones pasadas y cargar con ellas hacia el futuro. La capacidad de asombro y descubrimiento.
La posibilidad de ver cada día como un motivo para sentirse feliz.
El redescubrimiento del juego, de hecho me he aficionado tanto que he diseñado varios juegos educativos para niños. Es impresionante lo que se encuentra actualmente en el mercado. ¡Hay muchísimas cosas de muy buena calidad más allá del parchís, la oca y el conecta cuatro! Revives la etapa de ser niño en muchos aspectos diferentes. ¡Es genial!
¿Reproduces la manera de educar de tus padres o has cambiado cosas?
Hay aspectos que creo acertados, otros que intento no repetir. En general, me siento contento de haber recibido un sistema de valores bastante coherente, otra cosa son los métodos con los que en ocasiones se han pretendido inculcar esos valores. Intento cada día coger lo positivo de mi educación y trasladarlo a mis hijos.
¿Puedes conciliar tu vida familiar y laboral?
La facilidad o no para conciliar creo que depende mucho de cada persona, su puesto de trabajo, sus necesidades económicas, sus valores respecto a la crianza de los hijos y también de su voluntad para conciliar. En mi caso mis condiciones laborales me han permitido poder conciliar y sobrevivir al intento, sobretodo en lo que respecta a los aspectos económicos.
Si bien, a nivel general, creo que las instituciones no tienen muy en cuenta la necesidad de una política social que tenga en cuenta este aspecto y la importancia que tiene sobre las generaciones en curso.
Además de padre eres maestro ¿has notado un cambio en la participación de los padres en la educación de sus hijos?
Creo que tampoco llevo tantos años como para poder valorar un cambio en ese aspecto. Si que es verdad, que cada vez parece haber una mayor oferta de nuevos modelos educacionales para los niños. Desde las homeschooling, la educación libre, la educación viva o las metodogías activas que poco a poco van ganando más presencia en las opciones educativas y que indirectamente es un vehículo que facilita la participación de las familias en mayor o menor grado.
Por otro lado, creo que en la generación anterior se daba mucha importancia a los valores materiales, quiero creer que actualmente cada vez más personas se están dado cuenta de que no merece la pena no ver en todo el día a tus hijos para poder comprarles una tablet nueva.
Compartir un rato de lectura de un libro de la biblioteca o jugar al escondite por la casa les llena mucho más que cualquier objeto. El problema es que el sistema laboral no siempre permite escoger cuánto se quiere trabajar y lo peor es que no siempre el sueldo cubre las necesidades básicas y las familias no encuentran opciones.
¿Te gusta el sistema educativo en general?
Lo sencillo en estos casos es ser algo derrotista. Pero, la verdad, es que por mi experiencia durante estos años, opinar sobre el sistema educativo en general es homogeneizar algo que en realidad no lo es tanto. Sí que es verdad que se rigen por unos criterios generales, pero también lo es que dentro del sistema puedes llegar a encontrar bastante variedad en cuanto a las metodologías utilizadas, los proyectos educativos y los regímenes de funcionamiento interno de los centros.
¿Están cambiando las cosas en la escuela?
Creo que las nuevas generaciones de maestros estamos cada vez más interesados por metodologías que fomenten el aprendizaje significativo, que es aquel se convierte realmente en conocimiento, y éste sucede cuando el individuo, el niño se siente realmente partícipe del mismo. Ésto se consigue participando directamente del proceso de aprendizaje, manipulando, haciendo hipótesis, experimentando, poniendo a prueba lo que sabes, contrastándolo que lo que has descubierto.
¿Cómo es la escuela donde ejerces?
Es una escuela que a pesar de su gran tamaño y complejidad organizativa fomenta los espacios en los que se lleve a cabo un aprendizaje entre niños de diferentes edades, basado en la experiencia y la manipulación, donde la experimentación es la base para la construcción del conocimiento, fomentando el diálogo y el intercambio de experiencias como fuente de dudas y a la vez de investigación. Se respetan mucho los ritmos individuales, pero a la vez se fomenta la responsabilidad individual, el esfuerzo y el trabajo en equipo.
Una de las piezas angulares es la creación de proyectos de aprendizaje. Cuando comienzas cada curso no sabes lo que trabajarás ese año. Ciertamente, tienes una guía de trabajo marcada por el Curríulum de Primària, pero funcionamos sin libros de texto. Los proyectos surgen a partir de los intereses y dudas de los niños.
En mi escuela cada curso acaba siendo una sorpresa y a la vez un reto creativo.
Le agradecemos a Óscar Romero la entrevista que nos ha concedido en la que ha compartido con nosotros su visión sobre la paternidad, la conciliación, la crianza y además, el futuro de la educación.
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