Las golosinas: ¿Cómo utilizarlas?

Las golosinas forman parte de los hábitos alimenticios de los niños españoles. Ésto es algo que no se puede negar (salvo algunas excepciones) ya que, por mucho que nos empeñemos los padres, están tan al alcance de los niños en supermercados (justo al lado de las cajas, qué casualidad), tiendas y quioscos y la intención de que no las tomen nuestros hijos supone frecuentemente un motivo de discusión.

Imagino que la razón por la que se convierten en un "capricho" para los niños tenga que ver con el azucar, la sal y la intensidad de los sabores, factores alimentarios que intensifican nuestra atracción y que son producto de nuestra evolución como animales que necesitaban ingerir distintos tipos de alimentos para tener una nutrición variada. La dificultad reside cuando se convierten en un hábito casi obsesivo, por eso queríamos reflexionar sobre cómo utilizar las golosinas.

Y digo cómo utilizar porque, a parte de este aspecto alimenticio, entiendo que hay un componente de novedad, negociación con el adultos, costumbre y rutina que hace de la toma de golosinas un acto que implica un placer añadido y por lo tanto una necesidad muy intensa.

Los límites de este hábito es que se convierta en algo inevitable, que fomente un consumismo desmedido y que altere los periodos habituales de alimentación ("ahora no tienes hambre porque has comido demasiadas chuches...").

Algo que debemos evitar es utilizar las golosinas como un elemento de distracción: "Toma, esta bolsa es para que te la vayas comiendo mientras que yo hago unos recados/las tareas de la casa/una cosa en el ordenador". Ésta es una cesión innecesaria que apuntala una conducta que tiene el riesgo de convertirse en poco saludable.

La utilización práctica de las golosinas podría ser la de emplearlas como "sorpresa" o "premio". Aunque los refuerzos positivos en educación tienden a llevarse hacia lo verbal ("te has portado como un niño mayor"), a veces estos dulces nos ayudan a fijar conductas de autonomía y nos sirven de complemento en nuestro reconocimiento de su buen comportamiento.

Imagen | Flickr (Pink Sherbet) En Bebés y más | Gominolas caseras, El control de los impulsos: test de las golosinas , Los alimentos como premio o castigo

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