Las vivencias de la infancia acerca de la Navidad nos marcan para toda la vida. Los niños viven estas fechas con mucha intensidad e ilusión, y así debe ser para que los buenos recuerdos les acompañen a lo largo de toda su vida.
Hazlos partícipes de los preparativos por más pequeños que sean. Aunque su aporte sea mínimo, se sentirán parte del clima especial que se vive en el hogar. Pueden decorar juntos la casa, colocar luces, colgar adornos en el arbolito o preparar galletas, cualquier cosa que los haga sentir la magia del espíritu navideño. Estas fechas son una buena oportunidad para parar un poco la máquina de las rutinas y las prisas y dedicar más tiempo a la familia y a los preparativos de las Fiestas. Tomémonos el tiempo para elegir los regalos a conciencia y compartir los preparativos con nuestros hijos.
Los valores que los padres les transmitamos formarán parte de sus recuerdos para siempre. Contarles tus vivencias infantiles y hablarles del verdadero sentido de la Navidad ayudará a formar la tradición propia de cada familia. Para que el día de mañana no crean que la Navidad es sólo cuestión de recibir regalos.
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