¿Tienen realmente los padres preferencia por alguno de sus hijos?

La mayoría de los padres que tienen más de un hijo afirma que ama por igual a todos sus hijos y procura darles siempre el mismo trato, sin tener favoritos. Como madre de una sola hija siempre me he preguntado si esto es del todo cierto, pues no me imagino queriendo a otra personita tanto como la amo a ella. Armando nos decía hace un tiempo, que cuando llegan más hijos no debemos sentir culpa, pues el amor se multiplica.

Pero, ¿realmente se quiere y se trata a los hijos por igual o solo es cuestión de la percepción de cada quién? Un estudio se dio a la tarea de investigar qué es lo que verdaderamente sucede.

El orden de nacimiento de los hijos

¿Por qué existen los hijos favoritos? Una de las razones, puede ser por el orden de nacimiento. Regularmente se piensa que el hijo mayor es el favorito por diversos factores: en primer lugar, porque fue el primero que llegó a la familia; y en segundo lugar, porque al ser el primero en nacer tuvo una educación "más exclusiva" y tienden a considerarle el ejemplo a seguir en la familia.

La creencia popular es que la presión puede ser más grande en los hijos mayores, pero también suelen ser quienes reciben mayores halagos por parte de los padres. ¿O es esto solo una percepción de los hijos menores? El estudio que a continuación les comparto intenta aclarárnoslo.

La percepción de cada miembro de la familia

De acuerdo con este nuevo estudio, los padres podrían tener una inclinación por favorecer a los hijos menores, pero eso dependería en gran parte en la percepción de cada uno: mamá, papá e hijos. Esta investigación se realizó con la participación de 300 familias conformadas por padre, madre y dos hijos adolescentes.

Se les hizo una serie de preguntas a cada miembro de la familia, para investigar acerca de los niveles de favoritismo que podrían existir. A los padres se les preguntó cuánta cercanía y conflicto tenían con sus hijos, mientras que a los adolescentes se les pidió que describieran la relación con sus padres. Los resultados demostraron que en general, los hijos tenían mayor cercanía y a su vez, mayor conflicto con las madres.

En cuanto a la preferencia por un hijo u otro, los investigadores concluyeron que en realidad, ésta existe en la percepción que tiene cada quien acerca de la relación entre padres e hijos.

Por ejemplo, si el hijo menor siente que él es el favorito y sus padres coinciden, la relación entre ambos se fortalece. Por el contrario, si él no se sentía así, ocurría lo opuesto. En cuanto a los hijos mayores, el hecho de considerarse o no el favorito, no afectaba mucho en la relación con sus padres.

Los investigadores consideran que esto ocurre porque los hijos menores tienden a compararse con sus hermanos mayores, debido a que ellos fueron "los segundos en llegar".

"No es que los primogénitos nunca piensen acerca de sus hermanos en comparación con ellos mismos, es solo que no es algo tan activo en su vida diaria", comenta Alexander Jensen, uno de los autores del estudio. "Mi suposición es que es más raro que los padres le digan al hermano mayor '¿Por qué no puedes ser como tu hermano menor?'. Es más común que ocurra lo contrario".

Este comentario refuerza la creencia o costumbre que se tiene de poner al hermano mayor como el ejemplo a seguir, por lo tanto tiene mucho sentido que los hermanos menores se comparen con ellos, pues reciben esa clase de comentarios que hacen que prevalezca ese sentimiento de comparación entre unos y otros.

¿Cómo evitamos que exista ese sentimiento de favoritismo?

La regla general es que debemos hacerlo apoyando y tratando a ambos hijos por igual, pero un comentario del autor del estudio sugiere otra manera de resolverlo:

"Algunos padres sienten que necesitan tratarlos de la misma manera. Pero lo que yo les diría es 'No, necesitas tratarlos de manera justa, pero no equitativa'. Si se enfocan en que está bien en tratarlos de manera diferente porque son personas diferentes con necesidades diferentes, eso está bien".

Entonces quizás la solución no sea enfocarnos tanto en tratarlos exactamente igual a todos los hijos, pues como menciona el autor, cada hijo es una persona diferente, por lo que sus necesidades serán distintas a las de sus hermanos. Probablemente el mejor acercamiento sea aquel que atienda las necesidades particulares de cada hijo y que evite comentarios comparativos por parte de los padres, pues ninguna persona es igual a otra.

Fotos | iStock
Vía | Independent
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