Un día después del Día de la madre en España, tengo que decir que no he recibido ningún regalo. No es que me importe demasiado, como tantas veces he dicho en el blog al hablar de estas fechas, lo importante es dar un gran beso y abrazo a mamá y decirle lo que la queremos.
Y eso sí lo tuve, cuando se encargaron de recordarle a mis hijas el día que era, pues lógicamente con tres y un año y medio, poco saben de calendarios…
Como podéis imaginar, escribiendo en el blog no era una fecha que me iba a pasar demasiado desapercibida. Y tengo que reconocer que esperaba “algo más”. Algo tan sencillo como una manualidad, un dibujito, un detalle que, para el Día del padre, mi hija de tres años sí hizo en la escuela.
¡Estoy celosa de papá! Quiero imaginar que, con las vacaciones por medio, el regalito se pospone o simplemente se deja para otra ocasión. Ya habrá más años y más fechas especiales, tampoco pasa nada.
La cuestión es que me dio por “sospechar” que sí habría hecho algún trabajo en el cole cuando mi hija me preguntaba insistentemente que cuándo era el Día de las mamás, y la notaba algo nerviosa.
Con el Día del padre fue muy divertido, la emoción y el “secretismo” de la peque (por decir algo, porque en más de una ocasión se le escapó lo del regalo para papá). Y sobre todo su emoción al darle su primer regalo a papá (y la mía, inmortalizando en foto el momento).
Así que supuse que, igual que yo actué de cómplice en el Día del padre, él habría sido el guarda y custodia del secreto y del regalito hasta el día de ayer. Pero nada. Nada, o mucho, que fueron los besos y abrazos de las niñas al escuchar lo del día de mamá especial.
Tal vez la culpa de estas reflexiones la tenga el bombardeo con el tema que nos llega de todas partes (y del que formo parte activa en el blog), y en ese sentido envidio en cierto modo a las mamás que aseguran haberse desentendido de la fecha en cuestión (que es más o menos lo que yo hago para el Día de San Valentín). Tampoco me hubiera pasado si el colegio fuera de los que no celebran estos días.
Ayer lo pasamos muy bien celebrando además con la abuela, comiendo en familia y con una futura mamá en el seno de la misma, así que sí fue un Día de la madre especial, y feliz. Y, además, papá también se preocupó de que fuera un día bonito, sin regalos envueltos ni dibujados que acaban en un cajón sino con esos regalos que se guardan en la memoria.
Foto | jessica.diamond en Flickr-CC
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