Calostro: por qué es importante que tu bebé se beneficie de este oro líquido

Calostro: por qué es importante que tu bebé se beneficie de este oro líquido
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El calostro es el líquido precursor de la leche materna. Es segregado por las glándulas mamarias durante el embarazo y los días inmediatamente posteriores al parto, y proporciona al bebé todo lo que necesita en esos primeros días de vida.

El calostro está compuesto por inmunoglobulinas, agua, proteínas, grasas, carbohidratos y otros componentes, conformando un líquido seroso y amarillo, aunque su composición no siempre es exactamente igual.

Hoy vamos a hablar del calostro, conocido también como "oro líquido". Te explicamos por qué es tan importante para el bebé y qué debemos tener en cuenta para que nuestro recién nacido se beneficie de ello.

El precalostro

El precalostro se produce durante la gestación. Los pechos se van preparando durante el embarazo para la lactancia, y uno de los resultados es esta secreción que precede al calostro y a la leche madura.

Es una secreción mamaria en la luz de los alvéolos, compuesto por exudado de plasma, sodio, cloro, células, inmunoglobulinas, lactoferrina, seroalbúmina y una pequeña cantidad de lactosa.

Esta "primera leche" se produce a medida que las células del centro de los alvéolos se disuelven y fluyen por los conductos mamarios hasta llegar al pezón, pudiendo ser habitual tener pequeñas pérdidas de calostro durante el embarazo.

El calostro

Calostro

El calostro se produce en los primeros tres o cuatro días tras el parto. Se trata de un fluido de color amarillento y espeso, compuesto por precalostro que se mezcla con la leche que comienza a producirse. Su volumen alcanza entre dos a 20 mililitros por toma en los primeros tres días postparto, suficiente para satisfacer las necesidades del recién nacido.

El calostro contiene unas 54 Kcal por cada 100 mililitros, 2,9 gramos por 100 mililitros de grasa, 5,7 gramos por cada 100 ml de lactosa y 2,3 gramos por cada 100 ml de proteínas (tres veces más proteínas que la leche madura).

Destaca también su alta concentración en IgA y lactoferrina (proteínas que ayudan al cuerpo a combatir infecciones), su contenido en linfocitos y macrófagos (100.000 / mm3), y su elevada cantidad de oligosacáridos (20 g/L), que proporciona al recién nacido una eficiente protección contra los gérmenes del medio ambiente. Entre las vitaminas liposolubles de alta concentración en el calostro, destaca el b-caroteno (responsable de su color amarillento).

Diferencias entre el calostro y la leche madura

Si lo comparamos con la leche madura, ambos tienen componentes antiinfecciosos tanto humorales (inmunoglobulinas, enzimas, lactoferrina, factor bífido, prostaglandinas y otras sustancias inmuno reguladoras), como celulares (macrófagos, linfocitos, granulocitos neutrófilos).

calostro

Pero entre el calostro y la leche madura se observan algunas diferencias:

  • Las más evidentes apreciables a simple vista son el color y la consistencia. El calostro es de color amarillento y textura consistente, mientras que la leche madura se observa más líquida, ligera y de color generalmente blanco.

  • El calostro contiene menos cantidades de lactosa, grasa y vitaminas hidrosolubles, pero mayor cantidad de proteínas, vitaminas liposolubles (E, A, K), carotenos y algunos minerales como el sodio (que le confiere un sabor ligeramente salado) y zinc.

  • En el calostro destaca la alta la concentración de las proteínas protectoras Ig A y lactoferrina, y aunque se diluyen al aumentar la producción de leche, se mantiene una producción diaria importante más adelante.

A partir del cuarto día tras el parto se produce la leche de transición que dará paso a la leche madura, siempre de acuerdo a las necesidades del bebé.

Por qué es tan importante que el bebé se beneficie del calostro

Calostro

Como acabamos de ver, el calostro es auténtico "oro" para el recién nacido, pues le confiere una gran protección frente a infecciones y enfermedades. No en vano, hay quien lo cataloga como "la primera vacuna" que recibe el bebé, pues está cargada de anticuerpos y sustancias protectoras.

Por eso los profesionales sanitarios insisten en la importancia de no privar al bebé de este alimento (aún cuando la madre haya tomado la decisión de no amamantar a su bebé), siendo indispensable en bebés prematuros.

Para favorecer el hecho de que el bebé pueda benefiarse de este "oro líquido", es importante que madre y bebé no se separen tras el parto, de cara a iniciar la lactancia materna lo antes posible. En caso de dudas o dificultades, el apoyo del personal sanitario es fundamental, pues la madre necesita sentirse comprendida y arropada en estos delicados momentos tras el parto.

Hay mujeres que se sienten inseguras en los primeros momentos de lactancia, pues no sienten sus pechos duros y a veces el calostro no se ve fácilmente, por lo que interpretan, erróneamente, que no están produciendo leche y su bebé se queda con hambre. Pero nada más lejos de la realidad, pues tan solo unas gotas de calostro son suficientes para que el recién nacido consiga todo lo que necesita en esos primeros días.

Foto | iStock

Más información | Unicef, MedUnne

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