En un estudio realizado por el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley de Estados Unidos nos informan de que la calidad genética del esperma se deteriora con la edad y también nos indican que retrasar la paternidad puede aumentar la probabilidad de transmitir a los hijos algunas enfermedades genéticas.
Tras analizar unas muestras de esperma de 97 varones sanos de entre 22 y 80 años se descubrió una fragmentación del ADN (ácido desoxirribonucleico) y una mutación en un gen que provoca acondroplasia (trastorno genético del crecimiento óseo que se evidencia desde el nacimiento) o enanismo, este problema del esperma, aumenta de manera constante con la edad del individuo. Al parecer, estos son los daños genómicos de mayor impacto, ya que en el estudio se dictaminó que no existían otro tipo de daños en el ADN que pudieran afectar seriamente. Qué un hombre tenga más edad no implica que exista mayor pérdida cromosómica que pueda causar enfermedades como el síndrome de Down, a diferencia de las mujeres. Además también se pudo constatar que las pruebas que se realizan para determinar la calidad del esperma no son del todo fiables para constatar algún posible daño genómico.
La calidad del esperma debe analizarse a través de varias pruebas distintas, ya que existen daños genómicos que cambian con la edad y otros que no lo hacen, por eso un solo análisis no basta para determinar y garantizar el adecuado estado del esperma.
Retrasar la edad para tener un hijo es perjudicial tanto para la mujer como para el hombre, es importante respetar los "margenes de seguridad" para intentar garantizar que el bebé nazca saludablemente.
El estudio ha sido publicado en la revista digital "Proceedings of the Nacional Academy of Sciences".
Vía | Siglo XXI Más información | Proceedings of the Nacional Academy of Sciences