Una noticia que leemos en la publicación digital Ideal nos deja bastante sorprendidos, sugieren que distintos grupos que apoyan a la lactancia infantil acusan a los pediatras de un hecho que podría clasificarse como inmoral. Afirman que los pediatras favorecen a los fabricantes de leche artificial y además, los pediatras desincentivan la lactancia materna.
Debemos partir de las recomendaciones proporcionadas por la Organización Mundial de la Salud donde nos indican que la lactancia materna debe ser exclusiva hasta los 6 meses y posteriormente complementada con distintos alimentos como mínimo hasta los dos años. Suponemos que esta recomendación la tienen en cuenta los pediatras y que salvo en casos excepcionales, seguirán el patrón de dichas recomendaciones.
Una acusación así debe realizarse bajo pruebas realmente sólidas, tampoco debe juzgarse a todo un colectivo de profesionales por el mal hacer de unos pocos en busca del beneficio económico. En todo caso, es necesario perseguir a los pediatras que deshonren la profesión con consejos que no son nada beneficiosos para los pequeños.
Por lógica, bien podríamos pensar que las empresas que elaboran leche artificial para los lactantes tengan un verdadero interés en que disminuya la lactancia materna para que puedan ver crecer sus ventas y sus ingresos.
Sospechosa es la situación acaecida en el Palacio de Congresos de Granada, donde más de un millar de pediatras se reunían con motivo de la convocatoria realizada por la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP), la asociación de apoyo a la lactancia materna Mamilactancia, que en principio poseía un stand cedido por los organizadores, tuvieron que desalojarlo por sospechosas razones, pues el congreso estaba encabezado por una empresa poderosa en cuanto a la administración de leches de fórmula se refiere, la marca Nestlé. Esto no impidió que Mamilactancia montara su propio stand en la calle.
Un dato que nos suministra Ideal es bastante revelador, “Por cada madre que decide dar de mamar a su hijo, los fabricantes de leche artificial dejan de ingresar dinero contante y sonante, entre 50 y 100 euros mensuales de media”. Detrás del mal hacer de unos pocos pediatras está, bajo nuestro punto de vista, el grupo de empresas productoras de leche de fórmula, pero quien tiene la última palabra son las mamás, ellas deciden si proporcionar o no la lactancia materna a sus pequeños.
Una buena recomendación es, ante el consejo de un pediatra de administrar leche de fórmula al bebé, recurrir a una segunda opinión para verificar que realmente esto es necesario. Que pena, ya ni en los profesionales de la salud puedes confiar.
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