La pequeña de los Simpson, ese dulce bebé al que no se había escuchado más que decir "papá" en uno de los nuevos capítulos se lanza a hablar. Maggie Simpson hace un discurso excelente defendiendo la libre creatividad de los niños. Me ha encantado. La traducción de los subtítilos no es del todo acertada pero aqui queda.
Maggie ha tenido un problema con su profesor de la guardería. El, enfadado porque la niña no hacía exactamente lo que estaba programado, le ha tirado su torre de construcciones. No tocaba eso. La pequeña se estaba excediendo en su creatividad. Igual tenía que hacer una "interesante" ficha o colocar de manera determinada las construcciones, pero desde luego lo que no se le permite es hacer lo que le apetezca. Hay que seguir las normas.
La niña entonces, se enfrenta a un simulacro de juicio y comienza a hablar. En la versión americana lo hace con la seria voz de Jodie Foster. Y lo que dice no tiene desperdicio. Los grandes artistas hicieron sus creaciones libremente, no porque nadie se lo marcara. Ni el gran pintor de pintura de dedos, ni el escultor de plastilina (menciona la marca más famosa en USA), ni el genial autor de las manualidades de Art Atack lo hicieron.
Maggie dice que ellos también se enfrentaron a su profesor de la guardería y no se dejaron motivar por las pegatinas de caritas, ese aborrecible sistema de premio y castigo que se usa para calificar el trabajo y la actitud de los pequeños. Los grandes hicieron lo que hicieron para si mismos, disfrutando de ello, por si mismos y con sus reglas. Por eso lograron grandes cosas para la Humanidad.
Y Maggie manifiesta que va a hacer lo mismo. Luego, claro está, tras esta declaración de principios sobre la libertad creativa en la educación, como todavía es un bebé, se echará una siesta. !Bien por Maggie! Ojalá te escuchen los maestros y dejen que los niños aprendan investigando por si mismos y no siguiendo pautas marcadas de antemano.
Via | Ambiente G