Continuamos con nuestro Especial Verano con niños en Bebés y más y lo hacemos trasladándonos a un lugar preferente para las vacaciones: la playa. Vamos a ver qué tiene de particular un verano con niños en la playa y los consejos para disfrutarlo al máximo.
Seguro que lo pasaremos bien, solo hay que saber escoger y pasar tiempo con los peques. Lo primero que tenemos que saber, si tenemos posibilidades de escoger, es qué tipo de playa queremos: destinos más o menos familiares, más o menos masificados, más o menos cercanos... Antes de decidirnos, si no conocemos la zona, conviene asegurarse de que hay playas adecuadas para los niños, que son de arena y no son peligrosas.
Alojarse en la playa con niños
Vamos delimitando nuestro destino, pero nos queda elegir el alojamiento. La oferta en zonas de playa suele centrarse en campings, apartamentos u hoteles. Estos últimos son los preferidos por las familias cuando salen de vacaciones. Dependerá de nuestras preferencias y posibilidades que escojamos uno u otro alojamiento, cada uno tiene sus ventajas.
Para estancias largas, conviene elegir por comodidad y precio los apartamentos. Las ventajas de tener espacio suficiente para la familia, flexibilidad de horarios o cocina donde elaborar nuestras comidas es innegable. Hay que informarse de los servicios que tenemos cerca para solventar nuestras necesidades, sobre todo supermercados.
Si la estancia es corta, puede que elijamos el hotel. La comodidad de no tener que cocinar y la limpieza que realizan de la habitación a diario o el plan de actividades para niños son algunas de sus ventajas. Entre los inconvenientes, el espacio reducido, el precio (aunque en muchos sitios se pueden encontrar ofertas de distintas categorías) y los horarios de restaurantes. No olvidéis optar por un hotel amigo de los niños.
El camping ofrece la ventaja de un entorno natural (normalmente) y actividades para los pequeños, guiadas o no (columpios, piscina...). La comodidad depende de a lo que estemos acostumbrados: la tienda de campaña puede resultar incómoda para algunos, pero muchos campings ofrecen la posibilidad de alojarse en casitas o cabañas, con baño propio, cocina...
Vayamos donde vayamos, no olvidemos incluir en la maleta todo lo necesario para que nuestra estancia en el destino sea agradable y no nos falte de nada. Tampoco es necesario cargar con elementos que podremos comprar una vez hayamos llegado a la playa (sobre todo por el tema de espacio a la hora del traslado), al menos si sabemos que no van a resultar más caros que comprados en nuestra ciudad.
Actividades en la playa con niños
En la playa se puede disfrutar con los niños de mil y una maneras. La playa es un escenario de juegos excelente, tanto en el agua, como en la arena. Podemos hacer carreras, jugar a los bolos, hacer castillos de arena (y destrozarlos), jugar al tres en raya, a rebozarnos en la arena, a tirar piedras al agua, a la pelota, a los discos voladores, al tejo, a encestar en la arena, a buscar el tesoro...
A los niños les encanta experimentar juegos con agua y arena, y a pesar de que hay muchos complementos para llevarnos y que jueguen, hace falta bien poco para que se diviertan. No hay peligro de romper nada, hay otros niños, e sienten libres...
Además, agua y arena estimulan sus sentidos desde que son pequeños, y el agua es muy refrescante. Andar descalzos favorece el tono muscular de pies y piernas, y en el agua se activa todo el cuerpo.
Y como no todo es agua y arena, disfrutemos de los espacios al aire libre de la localidad donde nos alojemos: parques, jardines, paseos... Seguro que hay más de una fiesta o actividad para niños para que se entretengan a unas horas distintas a las que vamos a la playa.
Precauciones en la playa con niños
Sean cuales sean nuestros juegos, si hay que tener en cuenta ciertas precauciones para que el día de playa salga redondo. Es importante aplicar el protector solar adecuado para los niños, y evitar las horas más calurosas para prevenir un golpe de calor. Algunos de los juegos que hemos mencionado arriba se pueden realizar bajo la sombrilla. La fragilidad de la piel del bebé hace que tengamos que tomar precauciones aún mayores si cabe.
Otra cuestión importante es mantener al bebé o niño hidratado, llevar agua suficiente o darle el pecho más a menudo para evitar la deshidratación. A la hora del almuerzo o la merienda, no olvidemos las frutas que contienen más agua y que son deliciosas esta época del año.
Aunque no todas las playas cuentan con servicio de socorrismo, en las que sí lo hay debemos conocer dónde se encuentra para que, en caso de sufrir un accidente, seamos atendidos por personal especializado rápidamente.
La arena quema en ocasiones, hay que estar atentos si el bebé se va a la zona de peligro y llevarlo hacia la arena fresca.
Con el fin de evitar un choque térmico a la hora de introducirse en el agua, mejor remojarse poco a poco y entrar despacio en el mar.
Por último, hay que mencionar la vigilancia continua del niño, ya que aunque pensemos que están a salvo jugando en la orilla, puede haber un golpe de las olas que los desestabilice en un segundo. Los niños no pueden entrar a cierta distancia de la orilla, donde empieza a cubrir. No deben estar solos en una colchoneta para evitar que una corriente los aleje.
También es importante tenerlos constantemente controlados y junto a ellos en el caso de que haya mucha gente en la playa, para evitar que se pierda.
En definitiva, teniendo en cuenta todos estos consejos seguro que disfrutamos del verano en la playa con los niños. Ellos lo recordarán toda la vida, y además tendremos los recuerdos captados por la cámara de fotos, inmortalizando tantos momentos especiales.
Fotos | Eva Paris y Carissa GoodNCrazy en Flickr-CC En Bebés y más | Los juguetes de playa y las madres, Diez consejos para disfrutar de las vacaciones con niños, A la playa con un bebé... sobreviviré