De acuerdo con datos de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP), entre un 4% y 8% de los niños en edad escolar en España tiene una o más alergias alimentarias. De entre todas las alergias que se pueden presentar durante los primeros de vida, la alergia a los alimentos es una de las que se presenta con mayor frecuencia y las que más pueden causar una anafilaxia.
Te compartimos cuáles con las alergias alimentarias más comunes en bebés y niños.
Qué es una alergia alimentaria
La Asociación Española de Pediatría (AEPED) define la alergia a los alimentos como: "una reacción dañina desencadenada por un alimento, que se produce porque el sistema inmunológico de los pacientes alérgicos reacciona exageradamente ante un alimento que suele ser habitualmente bien tolerado por otras personas".
Este tipo de alergias es más común en los niños y suele presentarse la primera vez que se consumen ciertos alimentos, y se manifiesta con síntomas en la piel como urticaria e hinchazón, con síntomas digestivos como dolor abdominal, vómito o diarrea, así como síntomas respiratorios como rinitis aguda o dificultad para respirar.
Es importante conocer los síntomas de una reacción alérgica ocasionada por los alimentos, que suelen presentarse de forma inmediata cuando existe una, para poder actuar según la gravedad de la reacción que se esté manifestando.
Existen ciertos alimentos que suelen aparecer con frecuencia cuando se trata de una reacción alimentaria, por lo que te compartimos las siete alergias alimentarias más comunes en bebés y niños.
Alergía a la leche de vaca
La alergia a la leche es la alergia alimentaria más frecuente en los bebés y de acuerdo con información de la AEPED, se manifiesta regularmente durante el primer año de vida, cuando se sustituye la leche materna por una fórmula adaptada de leche de vaca.
Los síntomas pueden aparecer de forma inmediata o pueden aparecer dentro de la siguiente hora después de haber tomado la leche e incluyen: urticaria o dermatitis atópica, problemas respiratorios como asma o rinitis, conjuntivitis, dolor abdominal, vómitos, diarrea y anafilaxia. La alergia a la leche de vaca se diagnostica mediante la detección de la inmunoglobulina E específica contra la leche y sus proteínas, a través de pruebas cutáneas y análisis de sangre.
Alergia al huevo
La alergia al huevo es la alergia más común en niños pequeños, y suele aparecer la primera vez que se come la clara del huevo, que produce más alergia que la yema, debido a que la cantidad de proteínas que contiene es superior.
Al igual que en el caso de la alergia a la leche, los síntomas de una alergia al huevo suelen aparecer de forma inmediata o dentro de la siguiente hora tras haber consumido el alimento. Pueden ser leves, desde picor en la boca o garganta, acompañado de manchas rojas alrededor de la boca, o más graves como vómito, diarrea, dificultad para respirar y anafilaxia.
Alergia al pescado
Es la tercera alergia más frecuente en niños pequeños, y suele aparecer durante el primer o segundo año de vida. Se puede tener alergia a un solo tipo de pescado, a una familia de pescados o a todos los pescados en general. A diferencia de la alergia a la leche o el huevo, la alergia al pescado puede perdurar durante décadas o toda la vida.
Los síntomas de la alergia al pescado suelen aparecer inmediatamente o dentro de la siguiente hora tras haberlo consumido. Algunos de ellos pueden ser la aparición de picor de boca o faringe, con o sin enrojecimiento o urticaria alrededor de la boca, así como hinchazón de los labios, párpados u orejas. Vómitos, diarrea o alguna afectación respiratoria también son posibles síntomas, aunque poco frecuentes.
Alergia a los frutos secos
La alergia a los frutos secos suele aparecer en niños mayores, y después de los 3 o 4 años de edad es una de las alergias alimentarias más frecuentes. Los frutos secos que dan alergia con mayor frecuencia son los cacahuetes, las nueces, las almendras y las avellanas, principalmente porque son los que más se consumen.
Cuando se tiene alergia a los frutos secos es sumamente importante revisar las etiquetas de los alimentos, pues muchos pueden contener trozos o ser alguno de los ingredientes que no se observe a simple vista.
Algunos síntomas de alergia a los frutos secos incluyen: urticaria en todo el cuerpo, inflamación en la garganta y lengua, conjuntivitis, o problemas respiratorios y digestivos, así como anafilaxia.
Alergia a los mariscos
La alergia a los mariscos es distinta de la alergia al pescado pues son alimentos distintos, y se separa en tres grupos de mariscos: los crustáceos (gambas, cigalas, cangrejos y similares), los cefalópodos (calamar, sepia o pulpo) y moluscos de cáscara (mejillones, almejas y similares). Que alguien presente alergia a los mariscos no significa necesariamente que también se tenga alergia al pescado o viceversa, aunque existen casos en los que se presentan ambas alergias.
La alergia entre cada grupo de mariscos suele ser independiente, e incluso es posible que se tenga alergia a uno solo de cierto grupo y que los demás se puedan consumir con normalidad, aunque lo recomendable es evitar a todo el grupo por igual.
Los síntomas de alergia al marisco incluyen: tos, dificultad para respirar, inflamación, urticaria, opresión de garganta, dolor abdominal, diarrea, vómito y anafilaxia.
Alergia a los cereales
Además de la celiaquía, que es la intolerancia al gluten y que es ocasionada por una proteína presente en cereales como trigo, centeno, cebada y avena, los cereales pueden ocasionar alergia.
La alergia a los cereales puede presentarse frente a un solo cereal, a varios o a todos. En el caso de que un niño tenga alergia a la avena, también se deberá prestar atención a los productos de higiene, ya que a menudo ésta se usa en jabones y cremas.
Los síntomas de la alergia a los cereales son similares a la mayoría de las alergias por otros alimentos, como urticaria, dolor abdominal, vómito, diarrea, dificultad para respirar y anafilaxia.
Alergia a legumbres
Las legumbres son aquellas plantas cuyos frutos se encuentran encerrados en vainas, e incluye las lentejas, la soya, los garbanzos, las alubias, los guisantes y los cacahuetes, aunque éstos últimos se consideran como frutos secos cuando hablamos de alergias alimentarias.
La alergia a las legumbres es frecuente en la infancia, pero en la mayoría de los casos desaparece en la vida adulta. Al igual que en el caso de los frutos secos, es importante que si se tiene alergia a la soja, se revise con cuidado las etiquetas de los alimentos que se consumen.
Los síntomas de una reacción alimentaria por legumbres incluyen: picor en la boca, labios, lengua o faringe, problemas respiratorios, vómitos o anafilaxia, aunque en el caso de las legumbres es poco probable que ésta última suceda.
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