Los estudios epidemiológicos muestran que cada vez hay más alergias y que estas se presentan en edades cada vez más tempranas. Hasta hace relativamente poco los pediatras recomendaban evitar a toda costa que el bebé tuviese contacto con ciertos alimentos (incluso desde el embarazo), pero poco a poco se ha ido demostrando que la mejor estrategia es precisamente la contraria: exponerles desde temprano a ellos (cuando empiezan con la alimentación complementaria), reducen las posibilidades de desarrollar alergia y aumentar su tolerancia.
Lactancia materna: el primer paso para prevenir alergias futuras
Son incontables la cantidad de estudios que se han realizado en este sentido, y los resultados apuntan que la lactancia materna puede jugar un papel fundamental en la prevención de alergias a futuro. Aunque es verdad que no se trata de una solución definitiva, uno de ellos ha encontrado que con tan sólo cuatro meses de lactancia materna se conseguiría una protección de 18 meses contra la proteína de la leche de vaca que produce la alergia, se reduciría la posibilidad de padecer dermatitis hasta los tres años y los posibles riesgos de sufrir asma hasta los seis años.
Por eso es importante seguir una dieta balanceada y muy variada cuando damos el pecho (siempre con un seguimiento por parte del pediatra, especialmente cuando el bebé sufre de cólicos).
Exponer de forma temprana ciertos alimentos, ¿puede prevenir alergias?
No solo el número de personas que sufren de alergias ha aumentado: también lo ha hecho la lista de alimentos que provocan reacciones. Teniendo en cuenta que todo apunta a que la relación entre las alergias y la variedad de microorganismos a la que esté expuesto tu intestino es inversamente proporcional, es posible que las antiguas recomendaciones médicas sobre introducir los alérgenos (como el cacahuete, la proteína de la leche de vaca o el huevo), lo más tarde posible en la alimentación de los niños, hayan desencadenado el efecto totalmente contrario.
Por eso, y aunque no se puede dar una respuesta categórica, las evidencias apuntan a que sí, aunque tampoco se sabe con certeza cómo debería hacerse.
Según Alexandra Santos, profesora de alergología pediátrica en King's College en Londres, "existe esta ventana de oportunidad en los primeros años de vida para establecer tolerancia". Un estudio en el que colaboró demostró que si se introducen cacahuetes de forma mínima en la dieta cuando los niños tienen entre 4 y 11 meses, estos tendrán un 80% menos de probabilidad de desarrollar alergia a dicho alimento cuando tengan 5 años.
Aunque para encontrar la respuesta definitiva a si podemos prevenir las alergias (al menos las alimentarias), aún falta avanzar más en las investigaciones, todo parece indicar que evitar ciertos alimentos no es el camino más indicado.
En Bebés y Más | Los casos de alergia a los cacahuates han disminuido gracias a la recomendación sobre su introducción temprana