Aunque el biberón, en niños que no son amamantados, cumple además la función de permitirles calmar de manera parcial al menos su instinto de succión, su uso no es incompatible con el vaso. En los bebés amamantados, a partir de los seis meses, cuando se introducen otros alimentos, usar el vaso para beber agua estaría indicado.
Si estamos usando complemento o si, sencillamente optamos por la lactancia mixta, no introducir el biberón tiene ventajas, ya que nos libramos de que pueda interferir con la forma de succión del pecho.
No usar tetinas permite que podamos darle de beber sin llevar nada especial, simplemente cuidando que el vaso o la taza estén perfectamente lavados y no tengan ninguna pequeña escoriación, pues en estas se acumulan gérmenes.
Y, como podemos ver en este vídeo, los bebés son capaces de usar los vasos y tazas desde bien chiquitines.
Vídeo | Youtube