Redecillas antiahogos para introducir los alimentos

Las redecillas antiahogos son una buena opción para introducir a nuestro bebé en la alimentación complementaria. Evitan el peligro de atragantamiento impidiendo que pasen trozos grandes y sirven además para que vaya descubriendo el sabor natural de los alimentos.

Usualmente se utilizan con las frutas. Manzana, pera, sandía, uvas, naranja y hasta plátano, aunque este último es el que más complicado luego es de limpiar. El niño agarra el mango y se pone a chupar el alimento, sacando el jugo y minúsculas porciones. Se lo podemos dar en cualquier momento y especialmente va muy bien cuando reclama algo que comer y estamos todavía preparando la papilla o lo que vayamos a darle.

Hay niños a los que les encanta comer con la redecilla antiahogo, a otros les molesta no poder llenarse rápido o prefieren trozitos aplastados, depende de cada uno, pero desde luego es una opción cómoda y rápida para ofrecerles el primer contacto con la fruta sin tener que mezclar sabores o hacer papillas.

También se pueden poner verduras como judías verdes, zanahoria o patata. Incluso podemos meter galletas, pan o rosquillas, o carne cocida, siempre contando con que los componentes de esos alimentos sean adecuados para su edad.

Suelen babear mucho y mancharse, pero eso forma también parte del descubrimiento del placer de la comida, así que merece la pena un poco de suciedad a cambio de la experiencia.

La verdad es que yo recomiendo a todas las familias que usen las redecillas antiahogos para darle los primeros alimentos que no sean en papilla a los bebés. Y que disfruten viendo como lo pasan genial saboreando la comida.

En Bebés y más | Alimentador que evita ahogamientos, Las frutas en la alimentación infantil

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