Una de las frases que hemos escuchado más de uno en nuestra infancia y tal vez sigamos diciéndola en la actualidad es aquella de "Después de la leche no se puede tomar zumo de naranja, porque se corta". Existen variantes de esta premisa: después de la leche, o junto a la leche, zumo de naranja o cualquier otro zumo de frutas, la propia pieza de fruta...
El caso es que se trata de una premisa falsa, un mito sin ningún fundamento, pues incluso es sano combinar el lácteo del desayuno con fruta o zumo natural de fruta, incluida la naranja y otros cítricos, por supuesto.
La principal razón que se aduce para indicar que no deben mezclarse la leche y los zumos es que el zumo de fruta es ácido. Si bebes leche y zumo de naranja, la leche se cortará por el ácido, y puede sentarnos mal y producir diarrea, o vómitos, una mala digestión o simplemente malestar.
Pero este razonamiento no tiene ningún sentido, porque si la leche se va a encontrar con algo realmente ácido en su camino por la digestión, eso es precisamente lo que contiene el propio sistema digestivo. Durante la digestión, a consecuencia de la segregación de ácido clorhídrico, la acidez del estómago es mucho mayor que la del zumo de naranja o cualquier otra fruta.
Por lo tanto, la idea de que no se puede mezclar la leche y el zumo de naranja no tiene fundamento, ya que la leche que tomamos, sea acompañada de otros líquidos o no, de otros alimentos o no, se va a cortar en cuanto entre al estómago. Y la leche cortada no sienta mal en absoluto.
De hecho, consumimos muchos lácteos que en realidad son "leche cortada", como los yogures y otros productos que necesiten azúcar para contrarrestar la acidez, quesos... Incluso, hay recetas de bizcochos o salsas diversas en las que precisamente se utiliza el "efecto de cortado" en la leche, a la que se añade vinagre, o zumo de limón...
Lo cierto es que este mito de no mezclar la leche y el zumo de naranja puede derivar del mal aspecto y olor que adquiere la leche cortada, pero ya podemos imaginar el aspecto y aroma que tendrá el contenido de nuestro estómago en pleno proceso digestivo y en cualquier comida, incluya la leche o no...
En definitiva, para un buen desayuno la leche combinada con frutas (en piezas o en zumos), sienta estupendamente junto al resto de componentes de un desayuno completo y equilibrado, ese que casi nunca nos podemos permitir por falta de tiempo pero que hay que procurar cada día, especialmente para nuestros hijos.
Vía | El Tamiz Foto | UggBoy♥UggGirl [ PHOTO // WORLD // TRAVEL ] en Flickr-CC En Bebés y más | Falsos amigos de la dieta infantil, La importancia de un buen desayuno en la infancia, El buen desayuno, La importancia de los desayunos para el rendimiento físico e intelectual infantil