Las amistades cambian a lo largo de toda la vida, y aunque haya amigos de la infancia o "de siempre" que seguimos manteniendo, esto no sucede siempre así. Conocemos gente nueva, otros se marchan de nuestra vida, las relaciones evolucionan y algunas, tienen fecha de caducidad (cambian los intereses comunes, las responsabilidades y la vida de cada uno, etc.).
Sin embargo, hay muchas personas que llegan a los 30 y se dan cuenta de que no tienen amigos, o que sí tienen pero les apetece conocer gente nueva, y no saben muy bien cómo hacerlo. Tal vez hayan empezado un trabajo nuevo en una ciudad nueva.
O tal vez ya han dejado atrás la época de la universidad o los estudios (donde teníamos mucha más vida social), y en el trabajo por lo que sea tienen compañeros pero no amigos (o no coinciden con la gente por edad). Y todo esto hace que no sea fácil conocer gente nueva. En este escenario, ¿cómo hacer amigos nuevos a los 30 años? Os damos algunas ideas.
Las amistades a partir de los 30
Con la llegada de los 30 años puede suceder que nos demos cuenta de que nuestra vida es totalmente diferente a la de los 20. Tal vez estemos en pareja, o nos hayamos casado (o no), tal vez tengamos hijos (o no), pero lo que está claro es que nuestras prioridades, responsabilidades e intereses evolucionan a lo largo de la vida. Y los 30 suele ser una etapa de cambios.
Con todo, tal vez también haya cambiado nuestra concepción de la amistad, o tal vez valoremos otras cosas o nos interese compartir otros planes con los amigos, diferentes a los planes de los 15 o los 20, y es normal. Quizás nos apetecen planes más tranquilos, como salir a cenar, estar en casa jugando a juegos de mesa, salir a hacer excursiones o todo lo contrario, algo más activo.
Lo importante es que puedas conectar con tu faceta social y valorar, de este ámbito, qué notas que te falta o que necesitas. Y si te apetece socializar y conocer gente nueva, y no sabes cómo hacerlo, te traemos algunas ideas que te pueden ayudar:
Cómo hacer amigos nuevos a los 30: cinco ideas
Antes de nada decirte que no eres un bicho raro. Hay mucha gente que llega a esta edad y se siente sola, o se da cuenta de que ha ido perdiendo a los amigos que ha ido haciendo por el camino, por diferentes circunstancias. Pero existe un remedio para ello y es empezar a activarse y a buscar la forma de reconectar con nuestra faceta más social. ¿Cómo hacerlo?
1. Explora tus intereses personales y hobbies
A los 30, es probable que te conozcas más que hace diez años, y tengas así una mejor comprensión de tus intereses personales y pasiones. Utiliza esta ventaja para conocer a personas que compartan tus gustos. Únete a clubs, grupos, actividades o clases relacionados con tus hobbies.
Si te apasiona la fotografía, busca un club de fotografía local. Si disfrutas de la lectura, participa en un club de lectura (y así con todo; viajes, manualidades, idiomas...). Estos espacios te permitirán conectar con personas que comparten tus pasiones, lo que facilitará que hagas nuevos amigos. Puedes buscar estas actividades en internet o en tu ayuntamiento, en centros cívicos cercanos, etc.
Eso sí, recuerda que no hace falta compartir al 100% los gustos con alguien para tener afinidad o crear una amistad; si no tienes claro lo que te gusta, simplemente apúntate a alguna actividad para salir de tu zona de confort y empezar a relacionarte.
2. Apúntate a eventos y actividades
Las actividades sociales y comunitarias son buenas oportunidades para hacer amigos a los 30. Investiga qué hacen en tu zona, barrio, ciudad o pueblo; eventos como ferias, festivales, eventos deportivos y actividades de voluntariado te dan la posibilidad de conocer a personas en un ambiente relajado.
Además, involucrarte en actividades de voluntariado, por ejemplo, te permite conocer personas con valores similares, lo que puede ser una base sólida para una amistad duradera.
3. Amplía tu círculo laboral
Tu lugar de trabajo es un entorno en el que puedes conocer a personas con intereses profesionales similares. Participa en eventos de networking, asiste a conferencias o seminarios relacionados con tu campo laboral y únete a grupos profesionales online (esto puede ser una buena oportunidad para conocer mejor a tus compis de trabajo pero también, para ir más allá y conocer gente de fuera de tu entorno laboral más próximo).
Así, estas oportunidades no solo te ayudarán a expandir tu red laboral, sino que también podrían llevarte a conocer a personas que compartan tus aspiraciones y metas personales. Por otro lado, también puedes proponer a tus compañeros algún plan al salir del trabajo.
4. Usa las redes sociales y las apps de forma inteligente
En la era digital, las redes sociales juegan un papel importante a la hora de hacer amigos. Utiliza plataformas como Facebook, Instagram y LinkedIn para conectarte con personas de tu misma edad y con intereses similares.
Participa en grupos y comunidades online que se centren en tus hobbies o metas personales. Estas comunidades te permiten interactuar con personas de todo el mundo, lo que puede enriquecer tus experiencias y perspectivas. Por otro lado, hay aplicaciones específicas para conocer a gente nueva por tu zona (que no sirven únicamente para buscar pareja), como por ejemplo Bumble.
Sin embargo, ten en cuenta que las amistades online pueden ser diferentes de las presenciales. Asegúrate de llevar a cabo precauciones de seguridad al interactuar con personas desconocidas y considera la posibilidad de conocer a tus nuevos amigos en persona para fortalecer los lazos.
5. Comprométete y sé flexible
A medida que crecemos, a veces podemos sentirnos inseguros a la hora de hacer nuevos amigos y dudar de si vale la pena invertir tiempo en relaciones que pueden no durar. Sin embargo, las amistades a largo plazo siguen siendo valiosas en la vida adulta.
No tengas miedo de comprometerte en la construcción de amistades y vínculos sólidos, incluso si eso significa invertir tiempo y esfuerzo. Además, recuerda que las amistades de verdad enriquecen y mejoran nuestra vida, y por lo tanto, nuestra salud mental. ¡Merece la pena!
Y, por otro lado, recuerda que hay amistades que duran menos años, con personas con las que compartimos solo un tramo del camino por las circunstancias que sean, y que esas también son valiosas; sé flexible y no les cierres la puerta.
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