Cómo reaccionar cuando otras personas regañan a nuestros hijos

A todos nos ha pasado. Estás en el parque, en casa de los abuelos o en el súper y tu hijo grita, o llora o se enzarza en una pelea con otro niño, y un adulto, que no eres tú, le regaña. De entrada no hay nadie al que esto le resulte agradable, ¿verdad? ¿Debemos consentirlo? ¿Qué podemos hacer cuando otro adulto regañe a nuestro hijo?

Cuando otra persona reprende a nuestro hijo se produce en nosotros una reacción visceral casi inmediata que normalmente pasa por querer fulminarle ipso facto. ¿Quién es él/ella para hacerlo?

Pero además de esto es posible que sintamos que se está cuestionando nuestra paternidad, nuestro estilo de crianza. Si en una comida con amigos alguien regaña al peque porque ha metido los dedazos en el cuenco de la salsa lo que traducimos es Oye, ¿es que no has sabido enseñarle modales a tu hijo? También puede ser que nos sintamos mal por no haber estado más atentos (siempre dependiendo de la situación, ojo).

Hay muchas ocasiones en las que a pesar de que no queramos que suceda, sucederá, ocasiones en las que otro adulto les regañará y además de la peor manera sin que tengamos opción a evitarlo. ¿Qué podemos hacer entonces?

Existen varios factores que pueden modulan nuestra reacción:

  • Quién: como decía, para muchos padres no es lo mismo si el que regaña es un total desconocido o su abuelo. El hecho de tener una vinculación emocional con la otra persona puede hacer que justifiquemos más o menos la actuación, pero también esto hará que nos sintamos más (o menos) libres de responderle in situ.

  • Cómo: ¿lo ha hecho con tranquilidad y buenas palabras o de mala manera?

  • Dónde: ¿estábamos nosotros presentes o no?, ¿era en casa de la otra persona, por ejemplo, o un lugar público?

  • Por qué: ¿suponía la conducta de nuestro hijo un peligro para él o para otros, una conducta incívica o simplemente se trataba de algo que molestaba a la persona que le ha regañado?

Entonces, ¿quién puede regañar a tu hijo? La respuesta a esto es en realidad bastante sencilla: tú y quien tú decidas.

Cómo reaccionar si otra persona regaña a nuestro hijo

Veamos las tres posibles reacciones más comunes:

  • 1) Si no estamos de acuerdo en el modo o en el hecho mismo de que otro adulto regañe a nuestro hijo podríamos mostrar abiertamente nuestro enfado hacia el otro e increparle. Sería el modelo No te metas con mi hijo. Como expondré más adelante en este caso debemos intentar evitar mostrar agresividad ya que con ello estaríamos transmitiéndole al niño que esa es la manera de resolver los conflictos, y no queremos eso, ¿verdad?

  • 2) Podemos hablar a solas con el adulto para mostrar nuestro desacuerdo y después hacerlo con nuestro hijo para matizar la situación y asegurarnos de que ha entendido qué ha sucedido. Esta opción es bastante habitual, por ejemplo, con abuelos o familiares cercanos a los que no queremos desautorizar delante del niño pero con los que no necesariamente estamos de acuerdo.

  • 3) Validar al adulto sería la tercera opción, en caso de que consideremos que ha obrado de un modo correcto. Si se da en espacios públicos como por ejemplo en un museo cuando el vigilante de sala advierte al niño que no ha de correr podríamos darlo por bueno. Sin embargo estemos o no de acuerdo esta opción no es la más recomendable ya que lo ideal es siempre hablar con nuestro hijo tras una escena así: somos su referencia, merece que le prestemos atención y modulemos lo sucedido.

¿La verdad? No hay una forma correcta de reaccionar: todo depende de la situación, de la persona... como explicaba en párrafos anteriores.

Eso sí, hay una cosa que tenemos que tener en cuenta antes de actuar:

  • Los padres somos un modelo para nuestros hijos, de manera que cuidado con cómo reaccionamos estando ellos presentes. Responder al otro adulto increpándole o mostrándonos especialmente irascibles agresivos supone un pobre modelo para nuestros peques porque… no queremos que ellos aprendan que la agresividad es la respuesta, ¿no es así?

Sácale partido a la situación

Si un adulto ha regañado a nuestro hijo sin contar con nuestro consentimiento además de hablar con ese adulto debemos atender al niño. Lo que a priori se plantea como una situación negativa podemos aprovecharla para trabajar ciertos aspectos con nuestro hijo.

  • Los adultos, por el mero hecho de ser adultos, no siempre tienen razón y/o actúan de un modo positivo. Esto nos interesa que lo tengan claro de cara a, por ejemplo, prevenir abusos.

  • La respuesta a una mala conducta no debe ser otra mala conducta.

  • La valía personal de cada uno no depende de lo que opinen los demás (con esto trabajamos autoconcepto, autoestima…).

  • Resolución de conflictos: cómo resolvemos la situación con el otro adulto (dando ejemplo, como decía antes), cómo podía haber resuelto la situación si no se hubiera inmiscuido el otro adulto (por ejemplo si le han regañado por haberle quitado el juguete a otro niño, pues trabajamos cómo puede gestionarlo en otras ocasiones), etc.

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