Esto es lo que nos explica el doctor en Psicología de la Facultad de Medicina de la Universidad CEU San Pablo, Amable Cima. Lo ideal es iniciar la conversación en otra época del año, mostrando todo lo que rodea a este maravilloso secreto. Un niño que cree ciegamente en los Reyes Magos puede pasarlo realmente mal e incluso interpretar que los padres tratan de engañarle, de ahí que sea muy importante el modo en cómo los padres se lo explican conjugado con una edad más madura del pequeño. Hay que canalizar la creencia en los Reyes Magos con valores de peso como la bondad o el amor y desterrar en la medida de lo posible la hipertrofia juguetera a la que algunos padres se encuentran sometidos, el hecho de proporcionar al niño el mejor juguete no implica que el niño sea más feliz, la carencia emocional que pueda haber sufrido durante el resto del año por las ausencias motivadas por el trabajo, la falta de atención, etc., no pueden ser sustituidas en ningún caso por un buen regalo.
Sin darnos cuenta, podemos introducir al niño precipitadamente en el mundo del consumismo puro y duro, desterrando los valores que tienen verdadera importancia y que no son compatibles con el consumismo. Desvelar el secreto de los Reyes Magos es también una tarea obligatoria, el niño apreciará valores que hasta ahora no conocía y crecerá emocionalmente para regocijo de los padres.
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