Son un lugar de recreo imprescindible en nuestras ciudades y los niños lo pasan en grande, pero, ¿qué peligros se esconden en los parques infantiles? ¿Somos conscientes los padres de que no son lugares exentos de riesgos, en los que nos podemos olvidar de la seguridad de nuestros hijos?
La Academia Americana de Pediatría calcula que alrededor de 15 niños mueren cada año por lesiones ocurridas en las áreas de recreo infantil de Estados Unidos. En España y en otros países también nos sorprenden, de cuando en cuando, noticias trágicas sobre accidentes de niños sucedidos en los parques.
Pero es que, cuando hablamos de lesiones y no de muertes, las cifras se multiplican. Alrededor de 200.000 niños se lastiman en los equipos de recreo infantil con lesiones lo suficientemente serias como para necesitar tratamiento en urgencias. La mayoría de estas lesiones se producen en la escuela y en los parques públicos. ¿Cuáles son las lesiones más frecuentes en los parques?
- Caídas desde equipos altos, como columpios para colgarse o desde lo alto de un tobogán. Recordemos que las caídas son una de las primeras causas de muertes de niños por lesiones en el mundo.
- Tropezones con los columpios o estructuras de juego.
- Golpes por uno de los equipos de juego, por ejemplo, un columpio.
- Golpes, cortes o raspaduras con bordes afilados.
Algunas lesiones son más graves y pueden resultar fatales, tales como las heridas en la cabeza. Otros posibles traumas que se producen a menudo en los parques son fracturas de huesos, torceduras y heridas en los dientes y la boca.
En estas latitudes, el clima favorece que disfrutemos de los parques y del aire libre prácticamente todo el año, muchos días. Por ello hemos de ser conscientes de que existen estos riesgos y no dejar de vigilar a los niños, evitando las situaciones peligrosas y denunciando los fallos en las estructuras, instalaciones... o cualquier peligro que detectemos, porque puede que nuestros niños se salven, pero habrá otros que se expongan al riesgo.
Prevenir las lesiones en los parques infantiles
Los padres deberíamos estar atentos, observar el entorno y hacernos determinadas preguntas, porque si no se cumplen ciertas condiciones, estaremos poniendo en riesgo a los pequeños:
¿Es el equipo del tamaño adecuado? Por ejemplo, los columpios pequeños son para niños pequeños y pueden romperse si un niño más grande los usa. Los niños pequeños tampoco están seguros en columpios pensados para los mayores.
¿Pueden los niños alcanzar piezas móviles que los pellizquen o les atrapen una parte del cuerpo?
¿Qué hay debajo de las estructuras de juego y columpios? El mejor modo de prevenir lesiones serias es tener una superficie que absorba el impacto cuando un niño cae sobre esta, como el suelo negro de goma que hay en muchos parques. Esto es algo particularmente importante tanto debajo como alrededor de columpios, toboganes y equipos para trepar o encaramarse.
¿Tienen los equipos de madera astillas y clavos o tornillos que sobresalgan? Aquí radica un alto peligro de cortes, desgarros... y los equipos antiguos o en mal estado no son infrecuentes.
¿Cuentan las plataformas elevadas, toboganes... con barandillas o barreras para prevenir caídas? Hay que evitar que los niños se encaramen a estos lugares si no es así.
¿Tienen los travesaños la suficiente anchura como para que la cabeza de un niño pequeño quede atrapada entre los barrotes? Los niños quieren explorarlo todo y no ven peligros en introducirse a través de los pequeños espacios... hasta que llega un susto.
¿Están los columpios protegidos del sol para evitar quemaduras? Lo mejor es revisar el tobogán o columpio antes de que el niño lo use, por si quema, sea de metal (alcanzan altas temperaturas más fácilmente) o de plástico.
¿Está el suelo limpio de basura y objetos peligrosos? No solo es cuestión de urbanidad y respeto por los demás: no permitamos que la porquería se tire al suelo.
¿Hay la suficiente distancia entre las distintas áreas de columpios? ¿Podrían chocar los niños utilizándolos o si saltan de ellos?
¿Hay paredes, vallas o rejas cerca del área de recreo? Estas supondrían un peligro no solo al utilizar los columpios sino al corretear, jugar...
¿Están bien enganchados los columpios o balancines a lo alto de la estructura? ¿Y esta se halla bien anclada al suelo? Si notamos movimiento, hay que evitar su uso.
Además de los consejos anteriores para prevenir lesiones infantiles en los parques, hemos de tener en cuenta el peligro que suponen los cordones de la ropa o de los cascos de bicicleta a la hora de jugar en determinados columpios o estructuras.
Además, existe el riesgo de pérdida y, poniéndonos en lo peor (sin querer alarmar, pero casos se han dado y hay que tenerlo en cuenta), de desaparición. Si un niño está solo y desatendido, con otros niños y el ajetreo del parque... puede ser blanco de algún desalmado.
Como vemos, son muchas las cuestiones a tener en cuenta, y aunque los padres tengamos que estar atentos para prevenir lesiones no intencionadas (la mayoría evitables), creo que debería haber una preocupación institucional que vele por el cumplimiento de los requisitos. Sin embargo, en España no existe una normativa común de seguridad en los parques.
Tal vez nos quede mucho tiempo para conseguir el parque infantil ideal y los que nos rodean estén lejos de serlo (más teniendo en cuenta que la legislación deja muchas lagunas en cuanto a estos espacios públicos). Pero, como padres, deberíamos exigir máxima calidad en los equipamientos de juego, certificados y homologados, y también ha de garantizarse que su instalación y montaje son correctos y que hay un mantenimiento adecuado e inspecciones periódicas.
En cualquier caso, recordemos que los parques no son guarderías y que hemos de estar pendientes de nuestros hijos en todo momento velando por su seguridad. Existen peligros en los parques infantiles que nosotros y los niños deberían conocer para jugar de forma lo más segura posible.
Fotos | iStock
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