Nacer con mucho o poco pelo es una cuestión determinada por la herencia genética de cada bebé. Sin embargo, el pelo del bebé merece una atención especial a la hora del baño, tratarlo con cariño y usar productos adecuados son cuestiones fundamentales para mantener su pelo saludable.
¿Cuándo se puede comenzar a lavar el pelo del bebé?
Desde el nacimiento se puede comenzar a lavar el pelo del bebé, siempre con mucho cuidado al sujetarle la cabeza y evitar que entre ningún producto en los ojos. Sin embargo, no es necesario hacerlo en las primeras horas tras el parto; no hay ninguna prisa, el primer baño puede esperar.
¿Con qué frecuencia lavar el pelo del bebé?
No hay una norma estricta sobre la frecuencia con la que se debe lavar el pelo del bebé, pues guiados por la lógica, se debe lavar cuando esté sucio.
Al igual que pasa con el baño corporal, el lavado del pelo va a depender de la edad del niño, su capacidad para ensuciarse y las características del pelo. Conviene lavar con más frecuencia los cabellos grasos y menos si es un cabello seco.
En general, el pelo de los recién nacidos se puede limpiar a diario, pero tampoco es necesario, por lo que puedes lavar el pelo con la misma frecuencia con la que se bañe al bebé. Cuando se lo baña, se le lava también el pelo.
¿Cómo lavar el pelo del bebé?
Coloca en tu mano una pequeña cantidad de champú. Es mejor en tu mano que directamente sobre la cabeza del bebé para evitar que pueda caerle accidentalmente alguna gota sobre la cara o los ojos. Luego hay que frotar suavemente con la yema de los dedos por toda la cabeza, sin olvidar detrás de las orejas y en la nuca. Para retirar el champú, aclarar muy bien con agua.
El champú no debe ser irritante. Se necesita escoger un champú adecuado para la edad del niño y que tenga un ph neutro. Los productos infantiles están formulados para no agredir el pelo, no irritar los ojos y comúnmente son hipoalergénicos.
También hay que procurar elegir productos con perfume suave. Los olores muy fuertes pueden irritar y causar alergias en niños muy pequeños.
Después de los seis meses de edad, se puede usar un acondicionador para niños; en el caso de que tenga el cabello muy rizado y se enrede con facilidad.
Los acondicionadores formulados para el uso infantil ayudan a desenredar, hidratan y protegen el pelo. Después del baño hay que secar muy bien el pelo del bebé con una toalla suave. Luego puede usarse un secador (con poca temperatura). El exceso de humedad puede provocar micosis en el cuero cabelludo, especialmente, si se deja el pelo sin secar directamente.
En el momento de peinar, se debe optar por cepillos con cerdas muy suaves o peines de dientes separados y puntas redondas.
La costra láctea
Muchos bebés recién nacidos presentan en la cabeza la llamada costra láctea, unas caspitas que se esparcen por el cuero cabelludo del bebé. Es causada por una hormona que la madre pasa al hijo durante la gestación.
Lo esperado es que la costra se desprenda sola y desaparezcan a partir del tercer mes de vida. No está indicado tratar de arrancarlas a la fuerza, pues se corre el riesgo de maltratar el delicado cuero cabelludo del bebé. Lo que se puede hacer es facilitar la descamación natural colocándole aceite unos minutos antes del baño, para ablandarlas y removerlas suavemente.
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