Lamentablemente, el bullying o acoso escolar es bastante habitual en nuestro entorno y es importante que no miremos hacia otro lado atajando este problema entre todos, tanto desde casa como desde el ámbito escolar.
No sólo es cosa de adolescentes; hay casos de niños muy pequeños que sufren bullying, incluso desde la etapa preescolar. Ya hemos hablado sobre cómo prevenir que tu hijo sea víctima de bullying, pero para abordar el tema de forma integral también es importante que eduquemos a nuestros hijos para evitar que sean ellos los que acosen o hagan bullying a sus compañeros.
¿Qué hay detrás de un niño acosador?
Detrás de un niño acosador hay un niño que no sabe tolerar la frustración, que no muestra empatía por los demás y que necesita sentirse en situación de superioridad sobre los demás. Tienen dificultad para identificar y gestionar emociones, tanto propias como ajenas, y muchas veces son niños a los que no se le han puesto límites.
Todos ellos son valores que se cultivan en casa, que como padres debemos trabajar y corregir si vemos malas conductas en nuestros hijos. Es nuestra responsabilidad educarlos en valores, guiarlos y poner límites a su comportamiento.
Muchas veces, son niños que se enfrentan a situaciones familiares complicadas y actúan en consecuencia. En estos casos, necesitarán de apoyo extra por parte del centro para identificar y trabajar en las causas de su comportamiento.
Siete consejos para evitar que nuestros hijos hagan ‘bullying’
Como padres y cuidadores tenemos un papel fundamental en la lucha contra el acoso escolar. Desde The English Montessori School (TEMS), nos dan algunas pautas a nivel de prevención para evitar que niños y jóvenes ejerzan cualquier práctica que hiera deliberadamente a otras personas:
1) Escuchar lo que nos cuentan nuestros hijos
La comunicación es clave. Es importante que dediquemos tiempo a escuchar a nuestros hijos y buscar canales de comunicación si tenemos hijos adolescentes. Esto, nos ayudará a detectar faltas de empatía por su parte o posibles conflictos con compañeros.
2) Darles pautas de comportamiento con los demás
En muchas ocasiones, los niños no saben cuándo cruzan una línea, ni tienen claro cómo deben comportarse con otras personas. Por ello, debemos ayudarles a diferenciar los límites y enseñarles a ser amables y respetuosos.
También a saber gestionar la presión de grupo, que muchas veces hace caer al niño en situaciones de acoso o ser testigo pasivo de acoso por miedo a ser "el chivato".
3) Guiarles para que sepan resolver los conflictos
Es normal que los niños tengan discusiones o peleas, incluso entre amigos. Por ello, debemos enseñarles a resolver los conflictos y “hacer las paces” por sí mismos.
Del mismo modo, es preciso explicarles el valor de la verdadera amistad para que no sean desagradables ni manipuladores con otras personas.
4) Educarles en valores de empatía, respeto y diversidad
A veces los niños se enfocan en aspectos de otras personas que sienten que son diferentes (tiene sobrepeso, usa gafas, tiene granos, etc.). Por ello, debemos trabajar por educarles en una sociedad inclusiva, enseñarles que cada uno es especial más allá de su apariencia física o de su procedencia.
5) Ayudarles a reconocer y enfrentar las injusticias
Es importante que comprendan que existen desigualdades y prejuicios que no deben determinar su forma de actuar. Que no deben callarse ante las injusticias.
6) Prestar gran atención a nuestras propias actitudes y comentarios
Somos su mayor ejemplo. Todo lo que ven o escuchan los niños les afecta en gran medida. Por ello, tenemos que ser muy conscientes de nuestros propios comentarios, bromas o actitudes.
7) Inculcarles confianza en ellos mismos
Es esencial que los niños se sientan seguros y valorados desde muy pequeños. Si les mostramos nuestro apoyo continuo, sabrán enfrentarse mejor a todo tipo de situaciones y tendrán claro que su comportamiento también involucra a otras personas.
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