La importancia del apego seguro en los primeros mil días de vida del bebé

La importancia del apego seguro en los primeros mil días de vida del bebé
Sin comentarios

Durante los primeros años de vida de un bebé, sus neuronas forman nuevas conexiones a una velocidad asombrosa, entre 700 a 1.000 por segundo, un ritmo que nunca se volverá a repetir. De estas conexiones dependerá el futuro del niño, por lo que es muy importante favorecer su correcto desarrollo neuronal desde el primer momento.

Patricia Gutiérrez y Patricia Sánchez, psicólogas fundadoras del Centro TAP “Tratamiento Avanzado Psicológico”, nos explican cómo influyen las experiencias tempranas tras el nacimiento del niño en su futura capacidad de aprendizaje y su bienestar mental.

La importancia de un apego seguro en sus primeros 1.000 días

Mucho se habla sobre la importancia de los 1.000 primeros días de vida del bebé y de cómo todo lo que ocurre en estos tres primeros años acaba repercutiendo en su futuro.

En este tiempo, el cerebro del niño comienza a desarrollarse a gran velocidad, adquiriendo el lenguaje y las destrezas sociales y emocionales que necesitará para su etapa adulta. De su correcto desarrollo dependerá su bienestar futuro, no en vano, el 40 % de las habilidades mentales del adulto se forman en los tres primeros años de vida.

Durante esos primeros 1.000 días, el niño desarrolla el 85% de su capacidad cerebral, y su correcto desarrollo dependerá de la calidad de sus primeras interacciones, especialmente con sus figuras de referencia.

En este sentido, las expertas nos explican que para potenciar el pleno desarrollo emocional del niño y crezca sabiendo relacionarse, es fundamental que durante sus primeros años de vida la familia fomente una alta estabilidad emocional mediante un apego seguro.

Claves para favorecer un apego seguro

apego seguro

La familia del niño en general, y más concretamente sus padres o figuras de referencia, deben favorecer la contrucción de ese apego seguro respondiendo a las necesidades del niño, y aportándole la estabilidad y seguridad afectiva que necesita mediante:

  • el contacto físico: tocar a nuestros hijos, abrazarles y criarles con cariño y respeto, generará oxitocina que les ayudará a crecer tranquilos, relajados, confiados y sintiéndose amados.

  • las palabras y las sonrisas, ya que según las investigaciones, este tipo de interacción con las figuras de apego a edades tempranas nutre al bebé y estimula su desarrollo emocional.

  • el tiempo juntos, ya que durante los primeros años de vida, los niños entablan las primeras relaciones con su círculo familiar más cercano, siendo la relación más intensa emocional y físicamente hablando la que se crea con sus padres y, sobretodo, con su madre.

  • el consuelo y la protección: el cerebro de un bebé que se siente desatendido generará cortisol, la hormona del estrés, que le hará crecer temeroso, desconfiado y asustadizo. Por eso es importante consolar al niño que llora, y a medida que crece, acompañarle emocionalmente desde la seguridad y el respeto.

  • el juego, pues a través del juego libre aprenderán a conocer y a interactuar con el mundo que les rodea, perfeccionarán su psicomotricidad y lenguaje y, en definitiva, repercutirá positivamente en su desarrollo cognitivo, social y educativo.

  • una correcta alimentación, siendo recomendable la lactancia materna en los primeros meses de vida.

Este vínculo de apego provoca en el niño una serie de sentimientos que hacen que crezca sabiéndose importante para alguien y, por tanto, favoreciendo su seguridad y autoestima.

La importancia de buscar ayuda durante la crianza

Pero todos sabemos que la crianza de un hijo no siempre es fácil y a veces resulta agotadora, por lo que la psicóloga Patricia Gutiérrez, consciente del estrés por el que a veces llegan a pasar los padres, insiste en la importancia de derribar el falso mito que relaciona pedir ayuda con ser peor madre o padre:

"Muchos padres caen en episodios estrés y ansiedad motivados por pensamientos del estilo "esto es más difícil de lo que imaginaba", "¡no entiendo por qué llora!", "¡no se qué hacer ahora!", "esto es agotador", "no tengo tiempo ni para respirar"...

"Por eso es importante que los padres busquen apoyos, claves y estrategias de crianza que les hagan ver que lo que hacen es lo mejor para ellos mismos y sus bebés. Y es que al igual que nos formamos durante largas temporadas para desarrollar nuestro rol profesional, es importante normalizar la petición de ayuda con respecto a la crianza, como parte del proceso de conocer y desarrollar nuestro rol parental"

En este sentido, se hace imprescindible el papel de la familia y la tribu, de los educadores, de los grupos de crianza y, por supuesto de los profesionales en salud emocional que nos ayuden tanto en la etapa perinatal -durante el embarazo y los primeros años de crianza-, como en otros periodos de nuestra vida.

Fotos | iStock

Agradecimientos | Centro TAP “Tratamiento Avanzado Psicológico”

Temas
Comentarios cerrados
Inicio