¿Cuántas veces os ha pasado que habeis ido a comprar un juguete para un cumpleaños o para vuestro hijo y os acabasteis perdiendo entre tanta variedad? Y es que, en el mercado actual, la variedad de juguetes es tan grande y variada que es muy difícil decidirse por uno u otro. Por ello, hoy vamos a dar unos cuantos consejos y sugerencias para elegir y comprar un juguete
Lo más importante de todo es tener en cuenta al niño. Puede parecer una tontería, pero en muchas ocasiones nos olvidamos que el juguete es para nuestro hijo y no para nosotros. Por ello, el juguete que elijamos ha de ser deseado por el niño.
Debemos asegurarnos también de que está fabricado con materiales (más grandes cuanto más pequeño es el niño) que no se astillen o, si se rompen, que puedan cortar. Además, el color no debe ser tóxico.
A la hora de comprarlos, debemos pensar en la finalidad y actitudes que desarrollan en nuestros hijos; es decir, han de ser adecuados a la edad del niño. Por ejemplo, en el caso de comprar un juguete para un bebé de entre cero y seis meses, tendremos en cuenta que es cuando el niño comienza a descubrir su cuerpo y a distinguir diferentes texturas, formas y colores. En este caso, los sonajeros, móviles de cuna, muñecos de goma, mordedores o alfombras con actividades, entre otros muchos, pueden ser una muy buena opción.
En la segunda mitad del primer año de vida, nuestro bebé comienza a explorar los objetos y a reconocer las distintas voces; aprovecharemos encontes para buscar juguetes tipo pelota, muñeca de trapo, juguetes sonoros, balancines, andadores...
Entre los trece y los dieciocho meses, los niños y niñas andan que se las pelan y reconocen algunas propiedades de los objetos. Los cubos para encajar y apilar, las bicicletas adaptadas con ruedas y los cochecitos son una muy buena opción.
Hasta los dos años de vida, el niño habla y comprende cada día más, además de descubrir cosas de su entorno. Por eso, sería muy buena idea comprarle juguetes que le ayuden a potenciar sus ansias de descubrimiento: coches, bicicletas, pizarras, pinturas, instrumentos musicales, muñecas, animales...
Durante la etapa que corresponde a los dos y los tres años, empiezan a sentir curiosidad por los nombres de las cosas y se pasan gran parte de su juego imitando escenas familiares; por eso, triciclos, palas, cubos, puzzles, pinturas o muñecas pueden ser buenas opciones para este rango de edad.
Entre los tres y los cinco años, los niños comienzan a preguntar, a aprenderse canciones y a hacer juegos conjuntos con sus amigos y amigas. Las bicicletas, las pizarras, los cuentos, las marionetas y los muñecos articulados con los que recrear situaciones junto a otros niños y niñas serán bien recibidos por ellos.
A partir de los seis años, como el niño se irá adentrando poco a poco en el mundo de los números (con las sumas y las restas) y de las letras (con la lectura y la escritura), es un buen momento para elegir juguetes que sean de preguntas o de realizar experimentos, así como también juegos manuales.
Además de la edad, también debemos tener presente a la hora de comprar o elegir un juguete, la personalidad del niño. Por ejemplo, si nuestro niño es muy tímido, será buena idea comprarle juguetes socializadores en los que requiera de más personas para poder llevarlos a cabo; si a nuestro niño le cuesta quedarse quieto, un juego en el que deba mantener la atención es la opción más acertada.
A veces se piensa que cuanto más complejo sea el juego o el juguete mejor, pero ocurre que si el juguete es simple ayudará a aumentar la gama de usos que se pueden hacer de él, aumentando la fantasía y capacidad simbólica del niño.
Los juguetes no deben comprarse para satisfacer un capricho momentáneo de nuestro hijo, ni tampoco deben usarse como premio y/o castigo. Muchas veces se compran los juguetes porque se han visto en la televisión o creyendo que así vamos a conseguir suprimir una conducta del niño que no nos gusta o, por el contrario, aumentar una que sí nos gusta.
También es conveniente que los familares del niño, en especial los que lo ven de vez en cuando, no compren ni regalen juguetes de forma indiscriminada. Hay que considerar que el exceso de juguetes puede llegar a producir aburrimiento.
Y para finalizar, lo que sabiamente se dice de tantas cosas: no por ser más caro va a ser mejor. No porque un juguete ocupe el número uno en la lista de precios va a significar que proporcione mayor diversión, enseñe más a nuestro hijo o vaya a durar más tiempo que cualquier otro del mercado que esté a mitad de precio.
Como veis, para que podamos sacar el mayor provecho posible de un juguete debemos tener en consideración diversos consejos y sugerencias para elegir y comprar un juguete. ¿Teneis en cuenta todo esto cuando vais a los grandes almacenes o a las tiendas de juguetes? ¿O por el contrario, vais a por el juguete estrella del momento?
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