Tarde o temprano en la vida de todo niño llega el momento en el que decide que se va a levantar de la cama las veces que sea necesario hasta tender al infinito. Parece que, al mismo tiempo, llegue a la determinación de desesperar a los padres con ese comportamiento.
Si no te habías planteado que el niño durmiera en una cuna con barrotes, puede que esa idea te llame con fuerza durante esta etapa. También se te pasa por la cabeza llamar a los del libro Guinness porque seguro, seguro, que tu hijo es el que más veces se levanta de la cama.
Un consejo para hacer más llevadero el proceso de agotamiento (no sé si se produce antes en el niño o en los padres) es ir anotando las “excusas” que el niño pone para su nueva visita al salón. Que si tengo sed, que si oigo ruidos, que si se mueve el armario, que si puedes buscarle el muñeco, que si cree que aún no ha cenado, que por qué las estrellas solo se ven de noche, que el pijama ha encogido, que si tiene pipí (otra vez)…
También puedes entretenerte en cronometrar el tiempo que tarda en volver a levantarse, o quedarte acechando junto a la puerta de la habitación para adelantarte a sus movimientos, sorprendiéndolo. Pero no pensemos que eso le va a persuadir de su empeño.
Dicen que muchas siestas pasaron a la historia en muchos hogares porque el niño se había hecho campeón de esta modalidad. Y ya no duerme nadie en casa después de comer.
Y si tú eres de esos extraños padres o madres que pueden decir que su hijo no se ha levantado de la cama nunca, no cantes victoria. Puede que el reto personal de tu pequeño llegue con cualquier ocasión inesperada: unas vacaciones, el comienzo del curso escolar, un cambio de cama, el cruce cósmico del planeta Venus con sus sombras lunares…
Yo creo que en el fondo lo que quieren es pasar más tiempo con nosotros, nos adoran de tal manera… Y aunque nos enternezca la idea de sus abrazos y requerimientos a cualquier hora, tal vez al final de algunos días estemos tan agotados que prefiramos las insistentes demostraciones de afectos cuando salga el sol.
Pero tampoco intentemos buscarle demasiada explicación a este fenómeno digno de estudio. El caso es que una suerte de muelle incómodo hace que los pequeños necesiten levantarse una y otra vez, sea cual sea la hora a los que los acostemos. A veces, incluso aunque te acuestes con ellos, ellos se levantan y van a buscar no sé qué al salón.
Paciencia, porque al final, el sueño vence, aunque en ocasiones sea a nosotros antes que a ellos. Y a esperar que ese ejercicio de levantarse de la cama una y otra vez nos dé tregua alguna noche de estas…
Foto | BenedictFrancis en Flickr En Bebés y más | ¿Quién se levanta de la cama para calmar al bebé?, ¿Cuántas horas de sueño necesitan los niños?, Los niños duermen mejor cuando se van a la cama con sueño