Es importante enseñar a nuestros hijos desde pequeños a mantener el orden y la limpieza en casa, no solo por los beneficios que tiene vivir en un entorno organizado y limpio, sino porque involucrar a los niños en las tareas domésticas les permite adquirir habilidades de organización, responsabilidad y cuidado personal, fundamentales para su desarrollo.
Pero, ¿cuándo es el mejor momento para iniciar a los niños en este tipo de tareas? ¿Existe una edad ideal para inculcar a nuestros hijos la importancia del orden y la limpieza en casa? ¿Qué tareas domésticas son las más adecuadas para empezar?
Dos años, la edad para empezar a enseñar a los niños a mantener el orden y la limpieza en casa
Cuando se trata de comenzar a enseñar a los niños a mantener el orden y la limpieza en casa, no podemos decir que exista una edad concreta y aplicable a todos los niños por igual, pues va a depender del desarrollo individual de cada peque y de sus habilidades motoras y cognitivas.
No obstante, en líneas generales se suele hablar de la etapa que va entre los dos y los tres años como la más apropiada para comenzar a incorporar al niño en determinadas tareas domésticas.
A partir de esa edad, se dan una serie de circunstancias que ayudarían a los padres a introducir a sus hijos de manera gradual en cuestiones relacionadas con el mantenimiento del orden y la limpieza en casa:
1. Les gusta imitar a sus padres. A partir de los dos años, los niños comienzan a mostrar un gran interés en las tareas que realizamos los adultos. De este modo, comenzarán a imitar a sus padres y el juego simbólico o de roles adquirirá una gran importancia en su vida. Aprovechar esta fase de su desarrollo e invitar al niño a participar de ciertas tareas domésticas acordes a su edad, le permitirá ir adquiriendo autonomía e internalizando poco la importancia del orden y la limpieza en casa.
2. Desarrollo motor. A partir de los dos años, la mayoría de niños ha adquirido habilidades motrices indispensables para llevar a cabo tareas domésticas simples, como guardar los juguetes en cajas o cestas, tirar algo a la basura o limpiar la mesa con una bayeta. A medida que van creciendo, los padres pueden aumentar gradualmente las tareas relacionadas con el orden y la limpieza, adaptándolas a sus habilidades y desarrollo.
3. Disfrutan haciendo las cosas por sí mismos. Entre los dos y los tres años los niños se adentran en una etapa en la que comienzan a hacer gala de una mayor independencia. Todo quieren hacerlo solos, no aceptan fácilmente la ayuda de los adultos y se sienten bien ejerciendo su voluntad. Es recomendable y beneficioso para el niño aprovechar este importante paso en su desarrollo cognitivo y no negarle la oportunidad de ayudarnos en casa cuando quieran hacerlo.
4. Comienzan a interiorizar las rutinas. Generalmente, en torno a los dos o tres años los niños comienzan a entender que existen una serie de rutinas diarias relacionadas con el orden y la limpieza en casa que hay que seguir, como poner la mesa antes de comer, limpiar el líquido o la comida cuando se derraman, o recoger los juguetes cuando el juego finaliza. A medida que los niños son expuestos a más rutinas de manera consistente, tenderán a internalizarlas y entender su importancia en la vida diaria.
Cuáles son las tareas más adecuadas según la edad y cómo enseñárselas
En Bebés y Más hemos hablado varias veces sobre la importancia de fomentar la autonomía de los niños con tareas domésticas adecuadas a su edad, y cómo hacerlo de forma respetuosa para que resulte beneficioso y positivo para su desarrollo.
Si queremos inculcar a nuestros hijos la importancia del orden y la limpieza en casa, estas son algunas de las tareas más adecuadas en el caso niños de entre dos y tres años:
- Ayudar a guardar sus juguetes en un cesto o caja.
- Ayudarnos a hacer la cama dándonos los cojines o las almohadas (un poco más adelante pueden empezar a hacer su cama por sí mismos).
- Tirar cosas a la basura e iniciarles en el aprendizaje del reciclaje.
- Preparar su mochila para la guardería o el colegio.
- Llevar la ropa sucia a lavar y ayudar a recoger la ropa limpia.
- Tareas que fomenten su autonomía en la cocina, como poner y quitar la mesa, limpiar la mesa con una bayeta o ayudarnos a preparar recetas muy sencillas.
A medida que vayan creciendo y adquiriendo nuevas habilidades motrices y cognitivas podemos enseñarles tareas más complejas y precisas como doblar su ropa y guardarla en el armario, preparar su equipaje cuando salgamos de viaje, barrer el suelo, pasar la aspiradora o fregar los platos.
Es muy importante que el aprendizaje de estas tareas se lleve a cabo de manera gradual, respetando los ritmos del niño y acompañándole en el proceso de una forma positiva. Para ello debemos actuar como guías, enseñando sin intervenir, confiando en sus capacidades, evitando las expectativas y apoyándonos en recursos visuales cuando sea necesario.
No obstante, si comenzamos a inculcar la importancia del orden y la limpieza desde muy temprana edad, enseguida nos daremos cuenta de la facilidad y naturalidad con que los niños integran en su vida este valioso aprendizaje.