Si alguna vez has notado que tu hijo pequeño se empeña en cargar o levantar objetos que son pesados o más grandes que él, no eres el único. Esta acción se llama "máximo esfuerzo" y de acuerdo con la metodología Montessori, es una parte natural del desarrollo psicomotor de los niños.
Qué es la ley del máximo esfuerzo
Durante sus primeros años de vida, los niños aprenden y desarrollan sus habilidades motoras a través del juego y la exploración. Conforme van cumpliendo ciertos hitos y dominando nuevas habilidades, los niños buscan la manera de seguir aprendiendo.
Después de aprender a caminar y una vez que han dominado el control sobre sus piernitas, es común que los niños sientan el impulso o la necesidad de levantar y cargar cosas pesadas o más grandes que ellos, como una manera de continuar desafiándose a ellos mismos.
María Montessori, que observó el comportamiento de los niños, identificó esta etapa en la infancia llamándola ley del máximo esfuerzo. De acuerdo con ella, los niños pequeños ponen a prueba su fuerza, equilibrio y determinación para continuar superándose y confiar en ellos mismos.
Consultando con Isis Lugo, maestra de educación especial y guía Montessori, ella nos comenta que: "permitir a los niños el explotar la ley del máximo esfuerzo con libertad, además de potenciar su desarrollo motor, ayudará al desarrollo temprano del autoconcepto y autoestima. Un niño que experimenta y desafia sus propios límites, es un pequeño que se conoce a sí mismo y tiene un claro concepto de sus capacidades."
Por ello, es común verles mover y levantar objetos más grandes o pesados que ellos, como canastos o cajas con objetos, juguetes grandes, rocas, troncos, ¡o lo que encuentren! A mayor peso, mayor satisfacción encontrarán en ellos mismos por haberlo logrado.
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Isis nos explica que, como padres, es importante que cuando esta etapa se presente en la vida de nuestros hijos no la interrumpamos y recordemos resistir ese impulso de correr a ayudarles - a menos que ellos nos pidan ayuda:
"Una parte importante en dar al niño la libertad de movimiento, es preparar el ambiente para que pueda explorar sus capacidades motrices. Con esto no queremos decir que la casa debe ser un lugar libre de obstáculos, al contrario, el ambiente regular de una casa con muebles y desniveles es un ambiente enriquecedor para los niños. Solo debemos tener cuidado en mantener las cosas peligrosas como el fuego, ventanas o puertas sin protección, esquinas puntiagudas o muebles de vidrio fuera del alcance de los niños para que explore libremente."
Como ya lo vimos cuando hablamos del control de error en la metodología Montessori: si estamos corrigiendo a los niños a cada rato, creamos en ellos una dependencia hacia el adulto, lo cual impide su desarrollo óptimo. Y es que aunque para nosotros lo lógico sea buscar la manera más fácil de hacer las cosas, en el caso de los niños la ley del máximo esfuerzo es una etapa clave de su desarrollo motor y debemos incluso motivarles a trabajarla.
¿Cómo podemos apoyar a nuestros hijos en esta etapa?
Como ya lo hemos mencionado, lo que debemos hacer en esta etapa del máximo esfuerzo en el desarrollo de nuestros hijos, es no interferir ni interrumpir sino permitirles experimentar, aunque siempre atentos para que no se vayan a lastimar.
Sin embargo, también hay algunas cosas que podemos hacer para ayudarles a sacar provecho de esta motivación para que pongan a prueba su máximo esfuerzo. Aunque regularmente hablamos de levantar objetos pesados, el máximo esfuerzo también se puede realizar empujando y moviendo cosas más grandes que ellos.
Estos son algunos ejemplos de actividades y ejercicios con los que podemos apoyar a nuestros hijos en la etapa del máximo esfuerzo:
- Al ir al mercado, nos pueden ayudar a embolsar y cargar algunas de las compras (evitando aquellas cosas que puedan romperse fácilmente).
- Tras la compra, podemos pedirles que nos ayuden a guardar cosas en la alacena, como una caja de cereal, latas, etcétera.
- Guardar ollas y sartenes después de lavarlos.
- Los días de lavar ropa, pueden ayudarnos a meter y sacar la ropa de la lavadora.
- Regar las plantas con una regadera de tamaño normal, es decir, que no sea una pequeña o para niños.
- Recoger los juguetes de su cuarto en un saco que pueda cargar o en una caja que pueda empujar.
- Darles una botella de agua para que ellos lleven en sus manos al salir a caminar o de paseo.
- Jugar con una pelota grande.
- Llenar una cubeta con arena, para moverla de un lado a otro.
- Darles un banquito que puedan mover ellos mismos, y que les sirva para ayudar con ciertas actividades de casa, como poner la mesa, guardar los vasos, alcanzar una caja de la alacena...
Foto de portada | Tatiana Syrikova en Pexels