¿A tu peque le gusta disfrazarse y lucir su disfraz allá donde va? Pues según un estudio publicado en la revista Quartz, los niños que se disfrazan de superhéroes o de cualquier otro personaje de ficción, son más propensos a concentrarse en una tarea durante largo tiempo y a trabajar más duramente que otros niños.
Estas son las conclusiones a las que llegó el equipo de investigadores norteamericanos de la Universidad de Minnesota, tras estudiar el comportamiento de un grupo de niños de entre cuatro y seis años de edad. Os contamos en qué consistió el curioso experimento.
¿En qué consistió el experimento?
Se reunió a un grupo de 180 niños con edades comprendidas entre los cuatro y los seis años y se les asignó una tarea de ordenador bastante aburrida, pidiéndoles que trabajaran en ella durante diez minutos.
Como alternativa, se les ofreció dejar el ordenador y jugar a un juego de iPad colocado estratégicamente en la sala de pruebas, aunque se les recalcó que su trabajo era muy importante y que intentaran centrarse en ello.
Antes de comenzar su tarea, cada niño participante fue ubicado en uno de los tres grupos de control:
A los niños del grupo 1, se les pidió que trabajaran en su tarea concentrándose plenamente en ella, y que continuamente se preguntaran "¿estoy trabajando duro?"
A los niños del grupo 2, se les pidió lo mismo pero identificándose con una persona imaginaria a la que llamaron Hannah, y se les invitó a formularse la pregunta, "¿está Hannah trabajando duro?"
A los niños del grupo 3, se les pidió que se disfrazaran del personaje de ficción que eligieran y que realmente pensaran que trabajaba duro. Los niños se disfrazaron de Spiderman, Batman, Dora la Exploradora o Hulk, entre otros. Se les pidió que se identificaran con su personaje y que se preguntaran, "¿está Batman trabajando duro?"
Durante diez minutos, los niños tuvieron plena libertad para moverse entre "su trabajo" (la tarea asignada en el ordenador) o el iPad, y cada minuto se les recordaba a través de un altavoz que se formularan la pregunta asignada a su grupo. Además, se les recordaba constantemente que "su trabajo" era muy importante y útil y que tenían que trabajar duramente en ello el mayor tiempo posible.
¿Cuáles fueron los resultados?
Como era de esperar, el 63% de los niños dedicó sus diez minutos de tiempo a jugar con el iPad y sólo el 37% se centró en la aburrida tarea de ordenador que se les había asignado.
La razón, según los investigadores es que los niños disfrazados se identificaron con los rasgos de carácter del superhéroe o personaje al que querían imitar, y esto les llevó a distanciarse de la realidad y a obviar la tentación que suponía jugar con el iPad.
Los resultados del grupo 2, el que se identificaba con una tercera persona imaginaria, también fueron significativamente mejores que los del grupo 1, a los que se pidió que fueran ellos mismos.
Otro cambio significativo lo marcó la edad. Los niños de cuatro años pasaron tan solo la cuarta parte de su tiempo efectuando la tarea asignada, mientras que los niños de seis años invirtieron la mitad de su tiempo en ella. Es decir, a medida que el niño va creciendo, su capacidad de concentración, sus habilidades y la ejecución de las tareas se va afianzando.
No es un hallazgo nuevo
Este curioso estudio, sin embargo, no muestra nada nuevo a los investigadores, pues está basado en el famoso experimento bautizado como el "test de Malvavisco" o "test de la golosina", llevado a cabo por Walter Mischel en la década de los 60.
Aquel experimento medía el nivel de autocontrol de niños menores de cuatro años a los que se les puso delante de una chuchería y se les dio dos opciones:
Comérsela sin obtener nada a cambio más que el placer inmediato de degustar el dulce
O resistir la tentación de no comérsela durante un lapso de tiempo, y obtener otra chuchería igual como recompensa si superaban la prueba
Los niños que fueron capaces de aguantar durante un tiempo delante de la chuchería sin comérsela, es decir, los que mostraron un mayor nivel de autocontrol, tuvieron mas éxito en su etapa adulta que el otro grupo: obtuvieron mejores resultados académicos, ganaron más dinero en sus trabajos, fueron más felices e incluso tuvieron menos riesgo de padecer obesidad.
"La clave está en "enfriar". El enfriamiento puede lograrse poniendo una distancia imaginaria entre el objeto de deseo y uno mismo (por ejemplo, imaginando que el dulce que tenemos ante nosotros no es real sino una fotografía), o bien imaginando que ese dulce no es una chuchería sino cualquier otro objeto. Enfocarse en una experiencia completamente ajena también puede funcionar, al igual que cualquier técnica que les obligue a apartar su atención" - explicaba Maria Konnikova, escritora de la revista The New Yorker especializada en psicología y ciencia.
En resúmen, y según los investigadores, el hecho de que los niños muestren autocontrol y no sucumban a determinadas tentaciones, está ligado a un mayor éxito académico, laboral y social en su futuro. ¡Y parece que disfrazarse de superhéroe puede ayudar!