El mutismo es un silencio voluntario o impuesto, y cuando hablamos de niños, hablamos entonces de mutismo infantil o mutismo selectivo. De acuerdo con información de la Asociación Española de Pediatría, este trastorno es más frecuente de lo que pensamos y se estima que ocurre en uno de cada 500 niños.
¿Qué lo ocasiona y qué podemos hacer como padres? Estos son algunos de los puntos que veremos acerca del mutismo infantil, para tratar de entender por qué de repente el niño deja de hablar.
¿Cómo se manifiesta? ¿Qué tipos de mutismo existen?
El mutismo es un trastorno del habla en los niños que en ocasiones puede aparecer de forma aislada, pero también puede presentarse cuando alguno padece algún Trastorno del Espectro Autista, pues lo más común es que exista un trastorno de ansiedad subyacente.
De acuerdo con información de FAROS, la plataforma de información de salud y bienestar infantil del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona, existen dos formas de que el mutismo infantil se manifieste:
- Retraso de la aparición del lenguaje
- Mutismo adquirido
En esta ocasión nos dedicaremos a hablar específicamente sobre el mutismo adquirido, que es cuando de repente el niño deja de hablar, como lo comentábamos al inicio. En este caso, el mutismo puede ser total o selectivo.
Cuando hablamos de mutismo total, nos referimos al proceso repentino o gradual en el que el niño deja de hablar en su totalidad. Esto lo hace más fácil de detectar, pero es también más difícil de tratar. En este tipo de mutismo, puede haber algún detonante fuerte, como una experiencia traumática.
En el mutismo selectivo es cuando el silencio solamente ocurre ante ciertas situaciones o personas, y en el caso de los niños usualmente ocurre en la escuela. Este mutismo puede manifestarse con una reducción del lenguaje como limitarse a responder con monosílabos, o a utilizar gestos como movimientos de cabeza o manos para poder expresarse.
El mutismo selectivo es más habitual en niñas que en niños y suele iniciar entre los 2 y 5 años de edad, aunque los síntomas se manifiestan de forma más clara a partir de los 5 años, que es cuando se inicia la edad escolar.
Causas del mutismo infantil
De acuerdo con información del Centro de Psicología Madrid, el mutismo selectivo tiende a asociarse a ansiedad social, ansiedad de separación o fobias específicas, por lo que en la mayoría de los casos las causas son psicológicas. Entre las posibles causas del mutismo infantil, se han considerado factores genéticos, ambientales, temperamentales y de neurodesarrollo.
Existen además diversas situaciones que podrían predisponer a un niño a padecer mutismo, como la sobreprotección por parte de la familia, problemas familiares en el hogar, la emigración (como llegar a otro lugar donde no se conoce a nadie o en el que se hable otro idioma), algún trauma a temprana edad, el inicio de clases u otras situaciones que le produzcan ansiedad.
Por qué es importante tratarlo
Debido a que el mutismo suele ser selectivo y manifestarse en el entorno escolar, puede -afectar gravemente el funcionamiento social y escolar del niño, ya que influye directamente en sus resultados académicos y además supone una limitante para poder relacionarse con profesores y compañeros de clase, de acuerdo con un estudio.
Por otro lado, si bien el mutismo tiene una duración de algunos años, éste podría continuar afectando en la vida adulta de los niños que lo padezcan, pues otro estudio encontró que puede hacerlos más vulnerables a otras dificultades de comunicación y otros problemas como inseguridad o dependencia a otras personas.
¿Cómo tratar el mutismo infantil? ¿Qué podemos hacer como padres?
Debido a que las causas de éste pueden ser muy diversas, es necesario acudir con un profesional, como un psicólogo o un logopeda, para que realice una evaluación y análisis completos del niño que lo padezca, pues cada caso es único.
Pero eso sí, para tratar el mutismo, es importante la participación de todas las personas que rodean y conviven con el niño que lo padece: profesionales, padres, profesores y compañeros de clase.
Algunas de las cosas que podemos hacer como padres para ayudar son: evitar criticar o juzgar su condición, motivarlo a que socialice con otras personas pero sin presionarlo, darle seguridad y confianza, y sobre todo, evitar acciones que puedan reforzar el mutismo, como sobreprotegerlo o intentar adivinar lo que dice sin darle la oportunidad de hablar.
Con un tratamiento y apoyo adecuados, el mutismo infantil podrá ser atendido, y así evitar que continúe afectando la vida social y académica del niño.
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