Qué es el control de error según la metodología Montessori
Existe una frase que seguro la mayoría conocemos y hemos dicho alguna vez: "de los errores se aprende". Como padres, es importante dejar que nuestros hijos fracasen y cometan errores, sin intentar hacer las cosas siempre por ellos ni corregirles todo el tiempo.
Claro, verles aprender de sus errores no siempre es sencillo, pero debemos controlar ese impulso de corregirles y no desesperarnos, sino entender que están en proceso de aprendizaje, manteniendo expectativas realistas sobre sus capacidades.
En el método Montessori, existe algo llamado "control de error", que permite a los niños aprender a identificar estos errores por sí solos. Hablamos con una experta que nos explica en qué consiste el control del error y cómo podemos aplicarlo también en casa.
Qué es el control de error
Uno de los pilares fundamentales de la metodología Montessori, es el rol del adulto, cuya función debe ser únicamente la de acompañar al niño sin interferir en su aprendizaje, como un observador y guía en su desarrollo.
Según nos cuenta Isis Lugo, maestra de educación especial y guía Montessori, el ambiente Montessori y sus materiales están diseñados con control del error, para que los niños se den cuenta por sí mismos qué es lo que se tiene que corregir, sin mermar su autoestima o concentración en la actividad:
"María Montessori pensaba que si estamos corrigiendo a los niños a cada rato, creamos en ellos una dependencia hacia el adulto, lo cual impide su desarrollo óptimo", nos explica Isis.
En Montessori, el control del error permite que el niño sea capaz de descubrir por él mismo si es correcto o no lo que está haciendo: "Cada uno de los materiales Montessori tiene control del error, de otro modo no es Montessori."
De acuerdo con Isis, el permitir que los niños tengan esa oportunidad de identificar los errores y corregirlos por él mismo sin la intervención del adulto, hace que descubra de forma consciente cómo es que deben hacerse correctamente las cosas.
Un ejemplo de esto son los cilindros de encaje, uno de los materiales Montessori más conocidos: "El control del error es cuando la pieza no encaja, no queda bien y se nota a simple vista, entonces el niño tendrá que reemplazarla", explica Isis.
Un ejemplo práctico que podemos replicar en casa si no tenemos este tipo de material Montessori, es utilizando candados de distintos tamaños: "En ese caso el control del error se da cuando el candado no abre con la llave elegida y tienen que tomar otra para probarla, hasta que encuentran la que corresponde."
Otro ejemplo sencillo son los puzzles, pues si no tenemos material Montessori en casa o es difícil conseguirlos, son una buena alternativa, ya que también permite a los niños beneficiarse del control del error.
En resumen, el control del error es que a simple vista se sepa que no lo hicieron bien: "El niño dice, ¿qué pasó aquí? Y lo vuelve a hacer".
Beneficios del control de error
Si siempre señalamos el error antes de que nuestros hijos lo noten, estamos enviándoles el mensaje de que nos necesitan para hacer las cosas bien. En cambio, al no intervenir, permitimos que el niño haga una autoevaluación y tome la acción necesaria para cambiar o corregir lo que sea necesario.
Entre los beneficios del control de error encontramos los siguientes:
- Favorece el aprendizaje independiente
- Estimula su capacidad de observación y análisis
- Aumenta su autoestima y confianza en sí mismo
- Establece las bases para el pensamiento lógico y la resolución de problemas
- Muestra que los errores también son parte de la vida y del proceso de aprendizaje
Qué hacemos como padres
Simplemente, observar y guiar. En ocasiones pareciera que nos da terror que nuestros hijos se equivoquen y corremos a ayudarles, quitándoles esa oportunidad de aprender a resolverlo por ellos mismos.
Así que como lo hemos mencionado al inicio, nuestro rol al utilizar materiales o actividades con control del error es únicamente el de acompañar al niño, pues esto está pensado para guiar y favorecer su desarrollo sin nuestra intervención.
"Por eso muchos materiales Montessori están diseñados como puzzles: el niño no necesita de nadie para darse cuenta cuando una pieza ha quedado mal o si hay otras que no encajan correctamente", comenta Isis.
Pero, ¿y si el niño se frustra al no poder hacerlo correctamente? "Quiere decir que no está preparado para el material. Por lo tanto, se quita ese material del ambiente y se pone uno más sencillo hasta que esté listo".
"Los materiales Montessori tienen diferentes niveles de dificultad según la edad y capacidades del niño. Por ejemplo, antes de los cilindros sólidos se trabaja con figuras de encaje más sencillas y de una dimensión, que son más fáciles de colocar en comparación con el cilindro, que tiene tres dimensiones: ancho, alto y grosor".
En casa, además de los puzzles, podemos diseñar o crear actividades sencillas que también incluyan ese control de error, asegurándonos que siempre estén completas para evitar confusiones: que no falte ni sobre ningún elemento o pieza.
Una actividad fácil de hacer en casa con control de error es clasificar u ordenar objetos según su forma, color o tamaño: en este caso, el control de error puede identificarse rápidamente de forma visual (por ejemplo, ha quedado una estrella azul donde solo debe haber mariposas de color amarillo).
"El control de error es una herramienta que además de beneficiar a los niños, también nos sirve a los padres como un importante recordatorio: darle a nuestros hijos espacios y oportunidades para equivocarse y aprender, acompañándolos siempre con paciencia y respeto", concluye Isis.
Agradecimientos | Isis Lugo - Mamá y maestra
Fotos | Pexels, iStock
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