Salvador Carrión lleva seis años dando clase en un colegio, y cansado de escuchar comentarios jocosos referidos a las largas vacaciones de los profesores, decidió contraatacar con un genial hilo en su cuenta de Twitter que rápidamente se ha viralizado.
Utilizando el hashtag #docentesafortunados, Salvador ha ido explicando por qué los profesores son afortunados por tener el trabajo que tienen, y ha animado a otros compañeros de profesión a sumarse a su iniciativa a modo de reconocimiento a la labor de los maestros.
El hilo ha sido compartido por más de 1.000 personas en apenas unos días, y han sido muchos los compañeros de profesión que se han sumado a las divertidas respuestas de Salvador, exponiendo más razones por las que se sienten orgullosos de ser profesores:
El reconocimiento a la labor del profesor
Este fantástico hilo ha servido para poner en valor, desde un punto de vista cómico y entrañable, la labor de los maestros. Pero también para desterrar la falsa creencia de que gozan de tres meses de vacaciones, porque no es así.
"Hay mucho desconocimiento de la profesión docente, y creo que además ahora vivimos en una época en la que hay falta de reconocimiento a nuestra labor" - se lamentaba Salvador en una entrevista realizada en el programa La Ventana, de Cadena Ser
Y aunque es cierto que, en general, puede existir un desconocimiento social hacia el trabajo de los profesores, creo que la mayoría de los padres somos muy conscientes de la gran labor que realizan con nuestros hijos. Por ello, con la llegada de las vacaciones escolares, llegan también las muestras de agradecimiento y reconocimiento a su trabajo, en forma de regalos o cartas de padres y alumnos.
Mi hijo de nueve años recuerda en muchas ocasiones a su profesora de Educación Infantil. Y lo hace con una sonrisa en los labios y un brillo especial en sus ojos. Y cuando me habla de ella, veo de nuevo a aquel niñito de cuatro años que, camino del cole, se paraba decenas de veces para recoger flores silvestres y regalárselas, y aquel pequeño que se abrazaba eufórico a su cuello un lunes por la mañana.
Luego llegó Primaria, y el cambio de colegio. Nuevas emociones y nuevos profesores, pero de nuevo el mismo amor y respeto por los maestros que le acompañaron y ayudaron con "el paso al cole de mayores".
Hace unos días, mi hijo terminaba tercero de primaria y el último día de clase salió especialmente eufórico: "¡El año que viene, mi profe estará de nuevo conmigo!", me dijo de forma atropellada y exultante.
Y yo me alegro. ¡Vaya si me alegro! Su profesora ha sido un gran apoyo para él este curso. Ha sabido entenderle en todo momento, y ver en su interior. Ha conectado con él más allá de libros y cuadernos, y eso es una tranquilidad enorme para una madre, y un gran empuje para un niño en edad escolar.
Por eso me ha gustado tanto el hilo del profesor Salvador Carrión; porque me ha hecho ver a los profesores en toda su esencia. Y si ya antes valoraba su profesionalidad y entusiasmo, ahora valoro además la alegría que ponen en todo lo hacen, y su asombrosa capacidad para conectar con sus alumnos y sus sentimientos.
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