Cada día que pasa me admira más de lo que son capaces de hacer los japoneses, sobre todo en lo referente a sus guarderías y de la comida prefiero no hablar, el día que alguien fusione un asador vasco con un japonés será mi perdición.
Hoy me he encontrado con este precioso espacio diseñado para niños entorno a un viejo árbol de más de 50 años y que además tiene una bonita historia.
La construcción es parte de una guardería en Tachikawa, Japón de la que ya os hablamos hace tiempo y ha sido diseñada como un lugar en el que acercar la naturaleza y el juego a los más pequeños.
Una espiral que se eleva casi hasta la copa de un viejo árbol, un Zelkova japones de 50 años, que fue arrancado de raíz por un huracán y que tras secarse casi del todo volvió a la vida sin que nadie sepa por qué.
Se compone de dos plantas a las cuáles un adulto puede subirse sin problema, pero además guarda pequeños rincones secretos a los que solo los más pequeños tienen acceso, lo que hace de este lugar algo muy especial para ellos.
En el además podemos encontrar espacios donde contar historias a los más pequeños o hablarles de la naturaleza, mientras se encuentran dentro de ella.
Los directores de la guardería pidieron a los arquitectos que diseñaran un espacio libre, sin muebles, sin mesas ni sillas de ningún tipo, nada que entorpeciera el juego de los niños y este fue el resultado.
Vía | My modern Met
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