Los niños, cuando comienzan el cole, se enfrentan a un mundo nuevo, diferente, con personas mayores que van a tener autoridad sobre ellos pero con las que no tienen una relación previa ni un vínculo emocional que les tranquilice, con niños desconocidos con los que puede haber tanto una buena conexión como tensiones. Y preguntándoles por el cole y interesándonos por su vivencia podremos estar a su lado cuando nos necesiten.
Igual que puede haber una fácil integración en la escuela puede haber situaciones que a ellos o a nosotros no nos gusten o problemas. La clave para conseguir saber como es la vida de nuestro hijo en el cole, incluso con los pequeños, es hacer que se sientan cómodos hablándonos de ello, expresándose libremente.
Para que nuestros hijos nos cuenten su día a día en el colegio no hay que interrogarlos directa y unilateralmente, pero si introducir una comunicación fluida y segura en la que ambos, ellos y nosotros, nos contemos nuestras vivencias. Por supuesto, paa que el niño confíe en nosotros, hay que escucharlo de forma abierta, sin minimizar sus malas experiencias, ni quitarle importancia a sus miedos o disgustos, ni enjuiciarlos ni calificarlos.
La comunicación y la confianza son un proceso de años, en el que trabajamos desde el nacimiento, respetando al niño y respondiendo a sus necesidades emocionales, pero que se debe sostener durante toda su infancia y adolescencia.
Podemos comenzar una conversación sobre las aventuras del día e ir introduciendo preguntas como estas: ¿qué es lo que más te ha gustado del cole hoy?, ¿que ha sido lo peor del día?, ¿habéis hecho algo divertido en clase?, ¿ha que juego has jugado hoy?, ¿te gustan las letras (o las sumas, o lo que sea que sepas que están dando)?, ¿que cosas hay diferentes entre este año y el pasado?
Hay algunas cuestiones con las que vamos a tener que estar especialmente atentos para ayudar al niño, hablando con él para que pueda integrar lo que le rodea o hablando con la escuela si no estamos conformes con los procedimientos usados: los castigos que se impongan y las razones por las que se castiga, las reglas y normas del colegio, sus diferencias con las de casa y las razones (o sinrazones) de esas normas nuevas, la actitud de las cuidadoras del comedor o la calidad de la comida.
Planteando una buena comunicación en la que el niño pueda confiar en que será escuchado, que nos importa lo que hace, sus juegos, sus diversiones, sus retos, que va a poder contar con nosotros si tiene un problema, pondremos una base excelente para conocer bien su vida fuera de casa. Para lograrlo, no olvidemos preguntarles tranquilamente sobre el cole.