Desde bien pequeñitas, y desde bien pequeñitos, los niños empiezan a recibir imágenes de las protagonistas de las películas con un físico poco real. Cinturas estrechas, tanto, que parece que las protagonistas se pasan la película cogiendo aire, que se acompañan con cuerpos delgados y con historias plagadas de machismo y desigualdad.
Si todo fuera el tema de la cintura no habría probablemente demasiado problema, porque ya sabemos que últimamente los dibujos adquieren formas de lo más irreales (personajes con cuellos larguísimos, formas angulosas, piernas enclenques, etc.), pero claro, cuando perciben muchos mensajes similares en anuncios, en la televisión, en los cuentos y en el ambiente, con madres o familiares que viven constantemente a dieta, el riesgo de que las niñas se acaben obsesionando con su cuerpo es evidente.
¿Qué pasaría si las princesas Disney tuvieran una cintura real? Loryn Brantz, una ilustradora, ha modificado la cintura de unas cuantas princesas Disney y el resultado no varía demasiado el carisma del personaje. Vamos, que a mi modo de ver, el personaje es exactamente igual, solo que con el cambio parece que pasa menos hambre y que respira mejor.
En palabras de Brantz:
Como una mujer que ama a Disney y ha tenido problemas de imagen corporal, ha sido algo que siempre he querido hacer, sobre todo después de ver Frozen. Aunque me encantó la película, estaba horrorizada de ver que los principales diseños de los personajes femeninos no han cambiado desde los años 60. La industria de la animación está históricamente dominada por los hombres, y creo que eso contribuye a la forma en que estos diseños se hicieron, con unas proporciones tan extremas. ¡Sus cuellos son casi siempre más grandes que sus cinturas!
Ya hace un tiempo os mostramos una muñeca Barbie con medidas mucho más reales que la muñeca de verdad y la diferencia era notable. Claro, si como digo los inputs se van sumando (las muñecas, los dibujos, los anuncios de la tele, etc.), la probabilidad de que haya problemas de autoimagen aumenta, y a partir de ahí la necesidad de cambiar, de pintarse, de vestirse así o asá, todo ello para verse mejor, porque la autoestima se ve perjudicada.
Pues respondiendo a la pregunta de la entrada, las princesas Disney con una cintura real no tiene absolutamente nada que envidiar a las originales. De hecho, yo las veo mejor.
Vía | Huffington Post
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