Los cuentos tienen magia y los seguimos recordando cuando ya somos mayores porque nos encantaba escucharlos. Aventuras imaginarias o historias sobre cómo el lavavajillas no funciona... ¡Qué más da! La verdad es que a los niños les encanta escuchar historias, ya sean historias inventadas por sus padres o cuentos de los libros.
Nuestro reciente estudio demuestra que la lectura a los niños tiene un impacto más positivo a largo plazo en su rendimiento académico que cualquier otra actividad (entre las que se incluyen tocar un instrumento con ellos o hacer manualidades). Nos dimos cuenta de que cuánto más les leían los padres a sus hijos, mejores eran sus notas en diferentes asignaturas.
En nuestro estudio más reciente les pedíamos a algunos padres que les leyeran un libro de cuentos ilustrado y sin texto a sus hijos de entre tres y cinco años titulado 'El Lobo y los Siete Cabritos'. También evaluamos diferentes aptitudes cognitivas de los niños como las habilidades lingüísticas, la memoria, el autocontrol y sus aptitudes sociales.
Examinando las diferentes maneras en las que los padres cuentan historias, hemos podido identificar cuáles son los elementos de la lectura en común que pueden ser más beneficiosos para el desarrollo cognitivo de los niños.
1. Ponte a su nivel
Puede que uno de los aspectos más importantes a la hora de leer a los niños sea ponernos a su nivel prestando atención a las pistas que nos van dando: ¿Les gusta la historia? ¿Conocen el vocabulario? ¿Le están prestando más atención a las ilustraciones o al texto? Intenta hacer que aprenda en vez de simplemente darle información. Por ejemplo, en vez de decir: "mira cómo van a cocinar, seguro que tienen hambre", le puedes preguntar "¿Qué están haciendo" o "¿Por qué crees que lo están haciendo?" Intenta averiguar si están escuchando y prestando atención o si han perdido interés y no están atendiendo. Si están desconcentrados puede que haciendo preguntas puedas recuperar su atención o a lo mejor es que prefieren otro tipo de historia. Los mejores libros para tu hijo son aquellos que más les gustan.
2. Haz preguntas
Los padres que hacen muchas preguntas establecen una conversación más divertida e informativa con sus hijos. Pregúntales si conocen el vocabulario, si pueden adivinar qué van a hacer los personajes a continuación y por qué han hecho lo que han hecho. Estas preguntas no sirven solamente para que los niños adquieran nuevos conocimientos y formas de pensar, también les ayudan a reforzar el vínculo emocional entre padres e hijos. Los niños se sienten parte de la actividad y no perciben que se les está imponiendo cómo hacer las cosas.
3. No te conformes con describir imágenes o leer texto
¿Cómo describirías lo que ocurre en esta escena? En nuestro estudio les proporcionamos a los padres un libro ilustrado y sin texto. Nos dimos cuenta de que existía una diferencia importante entre los padres que simplemente describían lo que veían y los que iban más allá de las imágenes.
Por ejemplo, cuando en el libro ilustrado la madre de los cabritos llegaba a casa y veía la puerta abierta, un padre explicaba la página de esta manera:
Cuando su madre llegó a casa contenta porque iba a ver a sus hijos y abrazarlos y contarles un cuento, de repente se dio cuenta de que la puerta estaba abierta y se sorprendió.
Mientras que otro padre lo hacía así:
La madre llegó a casa y vio que la puerta estaba abierta; entró a la casa y buscó a sus hijos.
Este último se limita a describir la imagen. El primero utilizaba su imaginación para contar más cosas de lo que se veía en la imagen, una manera más enriquecedora de contarle una historia a un niño y que sin duda hace que pueda obtener un mejor desarrollo cognitivo. Esto se debe a que de esta manera se enseña a pensar de forma abstracta, la base de muchas de las capacidades cognitivas más complejas como la resolución de problemas y el análisis crítico.
4. Establece conexiones lógicas entre las diferentes partes de la historia
Otro elemento que tiene un fuerte vínculo en el desarrollo de las capacidades cognitivas del niño es la forma en la que los padres establecen conexiones lógicas entre las diferentes partes de la historia.
En muchas ocasiones los acontecimientos se desarrollan de forma muy rápida: de repente el lobo se está comiendo a los cabritos y al siguiente momento la madre se lo encuentra. Algunos padres intentan que la secuencia de los acontecimientos sea más lógica que otros.
Por ejemplo, en esta imagen, cuando el lobo llega para llamar a la puerta, un padre la explicaba diciendo.
El lobo, al darse cuenta de que la madre no estaba en casa, fue y llamó a la puerta. Esta frase carece de conexiones lógicas: ¿Cómo sabía el lobo que la madre no estaba en casa? ¿Por qué quiere llamar a la puerta? ¿Qué es lo que busca?
Otro padre la explicaba de la siguiente manera:
El lobo, que había estado tomando el sol en un arbusto cercano, vio como la madre iba a comprar comida y pensó que los cabritos se iban a quedar solos en casa, lo que le daba una buena oportunidad para ir e intentar engañarles y así conseguir una buena comida.
En este caso el padre está claramente proporcionando conexiones lógicas entre diferentes partes de la historia.
5. Añade detalles relevantes
Asegúrate de que los detalles que añades sean relevantes. También nos dimos cuenta de que la mayoría de los padres añaden muchos detalles a la historia para que sea más interesante o completa. Sin embargo, los detalles relevantes son los más adecuados a la hora de mejorar el aprendizaje de los niños. Los detalles relevantes son aquellos que ayudan a que la historia sea más fácil de entender.
Por ejemplo, uno de los padres explicaba que:
El cabrito que llevaba una camiseta amarilla y que era el más pequeño dijo: "¡No deberíamos abrir la puerta! ¿Cómo sabes que es nuestra madre si se acaba de marchar?"
En este caso el hecho de que llevara una camiseta amarilla es un detalle descriptivo que no añade mucho a la historia. Otra madre comentaba:
El más pequeño, que también era el más listo y el más precavido, dijo...
Esta madre claramente está añadiendo un detalle (que el más pequeño también es el más listo y el más precavido) que hace que la historia tenga más sentido y sea más fácil de seguir.
6. Habla de conceptos mentales y emocionales
Nos dimos cuenta de que aquellos padres que no se limitaban a describir los acontecimientos de la historia sino que también comentaban conceptos abstractos relacionados con las emociones, los deseos y los pensamientos tendían a tener hijos con mejores capacidades cognitivas. Estos niños eran mejores a la hora de comprender las emociones de otras personas, tenían mejores amistades e incluso una mejor memoria o mejores capacidades cognitivas complejas que les vendrán bien en edades posteriores. Todo esto hacía que tuvieran mejores resultados académicos y una mejor capacidad de socialización.
Este artículo ha sido publicado originalmente en The Conversation. Puedes leer el artículo original aquí
Traducido por Silvestre Urbón
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