Los niños tienen un instinto innato para aprender cosas nuevas, y hacerlo a través del juego, no sólo es divertido para ellos sino que les sirve para experimentar, observar e interactuar de forma activa con en el mundo que les rodea.
El aprendizaje Montessori fomenta, entre otras cosas, la capacidad natural que tienen los niños de aprender a través del juego, así que hoy os proponemos siete actividades Montessori para hacer con los hijos.
Para aprender las partes de una planta
La web Montessori en casa nos propone esta divertida actividad, especialmente pensada para que los niños de entre tres a seis años aprendan las partes básicas de una planta.
Lo primero que debemos hacer es meter unas cuantas judías en un vaso de crital para que los niños puedan ver el proceso de germinación y cómo la planta irá echando raíces, tallo y hojas. Una vez tengamos lista nuestra planta, dibujaremos la estructura básica de la misma en una lámina.
A continuación, con goma eva de diferentes colores iremos dibujando y recortando las diferentes partes de la planta hasta crear un educativo puzzle para que nuestro peque aprenda jugando.
Para aprender las partes del cuerpo humano
En la web Imágenes Educativas hemos encontrado esta actividad que propone Montessori Mom y que va en la línea de la anterior, pero esta vez orientada a aprender las partes del cuerpo humano.
Dibuja en un folio o cartulina blanca la clásica silueta de perfil del cuerpo humano (en Internet también puedes encontrar láminas para imprimir) e identifica con tu hijo los órganos más importantes del cuerpo.
Una vez identificados, pídele que te ayude a recolectar piedras de tamaños similares, planas y lo más blancas posibles. Selecciona tantas piedras como órganos hayáis identificado, y procede a dibujar con rotuladores sobre cada una de las piedras, los diferentes órganos del cuerpo humano. De esta forma, una piedra será el cerebro, otra el pulmón derecho, otra el izquierdo...
Juega con tu hijo a situar cada piedra en su lugar correspondiente de la silueta, aprendiendo de esta forma la ubicación cada uno de los órganos del cuerpo.
Crear unas maracas musicales
Hacer unas maracas musicales es una actividad clásica que a todos los niños les apasiona y en la que trabajarán, además, diferentes texturas en función de los materiales utilizados.
Nos ha gustado mucho esta idea del blog Creciendo con Música, que nos enseña paso a paso cómo realizar unas maracas utilizando elementos que todos tenemos en casa como botellas de plástico, rollos de papel higiénico y cinta aislante.
Antes de cerrar las maracas, recuerda rellenarlas con diferentes ingredientes como arroz, pasta seca (que tu peque también puede colorear con rotuladores para hacer el interior más vistoso), fideos, arena, clips de colores o cualquier otro objeto/ingrediente que se os ocurra y que al agitarlo suene. En función del ingrediente elegido, el sonido de la maraca será diferente.
Esta actividad es muy completa y divertida, y al final obtendréis unas divertidas maracas sensoriales que al agitarlas emitirán diferentes sonidos y matices el función del contenido que alberguen.
Caja sensorial
Otra actividad clásica, sencilla y recomendable para apreciar las diferentes texturas a través del tacto, es crear una caja sensorial.
En la web Dionisia Plaza nos dan la idea de elaborar cartulinas sensoriales en las que peguemos diferentes materiales para que los niños puedan tocarlos, manipularlos y apreciar a través del tacto las variaciones que existen.
Podemos utilizar cualquier recurso que tengamos disponible, como por ejemplo esponjas, algodón, diferentes tipos de tela (seda, tela de borreguito, plastificada... ), diferentes tipos de papel (charol, pinocho, papel de seda, cartulina, papel de lija...), plástico... o cualquier otro objeto cotidiano cuyo tacto pueda despertar el interés del niño.
También podemos cambiar las cartulinas por la silueta de la huella del pie de nuestro peque, y hacer la actividad con los pies descalzos en vez de con las manos.
Aprender los colores
Desde Pequefelicidad nos proponen una actividad Montessori para aprender los colores de forma vivencial. ¿Qué sale de la mezcla del rojo y el azul? Con este sencillo experimento lo averiguarán jugando.
Hay que llenar de agua tres frascos de cristal transparente y utilizar colorante alimentario para teñir el agua con los tres colores primarios: rojo, amarillo y azul. Bastará con una gotita de colorante para que el agua se tiña al momento.
Colocad al lado tres frascos de cristal vacíos y un folio plastificado en donde se muestre la combinación posible de colores y sirva al niño de guía a la hora de mezclarlos unos con otros: rojo y amarillo dan como resultado el naranja; rojo y azul dan como resultado el morado; y de la mezcla del azul y el amarillo se obtendrá el verde.
Con ayuda de una pipeta, dejad que vuestro hijo experimente qué ocurre cuando mezcla los colores entre sí.
Transferencia y clasificación de objetos
Desde la web Educación Creativa, su autora nos propone ideas para transferir y clasificar diferentes objetos en función de características comunes.
Con esta actividad sensorial, los niños practicarán la motricidad fina, la coordinación y la clasificación de los objetos en función de su tamaño, forma, color u otras características comunes.
Os proponemos este ejercicio sencillo que consiste en clasificar pompones de colores. Todos los pompones estarán juntos en un recipiente y con ayuda de unas pinzas de depilar, el niño irá separándolos por colores y colocándolos en diferentes cuencos.
Podéis hacer esta actividad con cualquier otro objeto que se os ocurra así como utilizar diferentes herramientas para la transferencia, tales como pinzas para hielo, pipetas, cucharas... En el post original encontraréis un montón ideas.
Decorar piedras con mandalas
La web Creciendo con Montessori nos propone esta colorida y relajante actividad para hacer con los niños y que además, aportará un toque creativo, original y decorativo a nuestro hogar.
Consiste en decorar piedras con dibujos de mandalas, un ejercicio que favorece la concentración, la relajación, la psicomotricidad fina y la imaginación. ¡Ideal para grandes y pequeños!
Pide a tu hijo que te ayude a recolectar un buen puñado de piedras planas, redondeadas, blancas y de un tamaño medio. En cualquier excursión al campo, la playa o montaña podréis encontrarlas, aunque si lo preferís, también podéis recurrir a los cantos rodados o guijarros que se venden en las tiendas de jardinería.
Compra un surtido de colores de témperas infantiles con aplicador e id elaborando vuestro propio diseño según os dicte vuestra imaginación y creatividad. El resultado será, realmente sorprendente.
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