La ecografía tridimensional ha venido a complementar y no a suplantar la ecografía tradicional (2D). Cada una ofrece un diagnóstico diferente. Mientras en la bidimensional se aprecian los órganos internos del bebé, la 3D permite visualizar con gran precisión los volúmenes fetales facilitando la detección de malformaciones y anomalías que no se detectan mediante la ecografía normal.
Se lama 4D o 3D en movimiento porque es una ecografía en tres planos con el añadido de la cuarta dimensión, o sea, en tiempo real en movimiento. Gracias a ello se pueden ver gestos faciales del bebé nunca vistos como el bostezo, una sonrisa, el parpadeo o la succión. También se pueden ver claramente los movimientos fetales y valorar el estado de las extremidades, los genitales y otras partes del cuerpo, además de realizar mediciones más precisas.
Se puede realizar en cualquier momento del embarazo, pero la etapa ideal para poder apreciar bien los movimientos de la cara del bebé es entre la semana 25 y 32. Al igual que la tradicional, los ultrasonidos no suponen ningún riesgo para la madre o el bebé en gestación.
Más información | Terra | Instituto Dexeus