Durante el embarazo, y especialmente con la llegada de las bajas temperaturas, la piel de la mujer se vuelve extremadamente sensible por lo que necesita que le des unos cuidados especiales.
El efecto de las hormonas produce cambios en la estructura de la piel volviéndola más reactiva a factores externos como el viento y el frío, provocando afecciones como rojeces, descamación y sequedad extrema. Te contamos cómo debes cuidar tu piel sensible en el embarazo.
Rostro: los cambios de temperatura en las pieles sensibles causan rojeces y pueden derivar en afecciones más serias como la cuperosis o rosácea. Para evitarlo debes aplicar a diario una crema hidratante especial para pieles sensibles, y siempre que notes la piel tirante o seca. No abuses de la exfoliación en invierno.
Cuerpo: el gel para la ducha debe ser lo más suave posible, los más recomendable son los que contienen extracto de avena o glicerina, pero cuida que sean de buena calidad. No frotes con esponja demasiado fuerte ni abuses de perfumes o colonias. Después de la ducha, hidrátala siempre con una crema específica para pieles sensibles.
Estrías: para prevenir las estrías es fundamental mantener la piel bien hidratada, especialmente si se tiene la piel sensible, que tiende a la sequedad. Es importante hacerlo desde el interior bebiendo mucha agua y aumentando el consumo de alimentos ricos en vitaminas y nutrientes. También, por supuesto, aplicando cremas antiestrías desde el primer trimestre de gestación.
Manchas: no olvides la protección solar. Aunque los días sean nublados y haga frío, los rayos del sol siguen incidiendo en nuestra piel en invierno y será necesario seguir protegiéndonos de ellos. Con una protección entre el SPF 15 o el SPF 20 puede ser suficiente para prevenir que salgan manchas oscuras en la piel o cloasma.
Labios: los labios en invierno se quiebran con facilidad, pudiendo llegar a provocar pequeñas heridas. Para evitarlo, ten siempre a mano un hidratante de larga duración para tus labios.
Manos: otra parte del cuerpo que sufre mucho los efectos del frío por su constante exposición, son las manos. Puede dar con sabañones y otras complicaciones cutáneas que puedes evitarse usando guantes y cremas específicas.
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