Cuando planeamos el embarazo, y aunque luego no salga siempre según lo previsto, calculamos cuándo será el mejor momento. Si bien no hay un mes mejor que el otro, es cierto que la época del año influye en cómo transcurrirá tu embarazo.
Te cuento, en mi experiencia y según lo que dice la ciencia, cuáles son los pros y contras que te esperan si quedas embarazada en noviembre y tu bebé nace en agosto (o septiembre), según el día del mes en que tuvo lugar el feliz acontecimiento.
Ventajas y desventajas de quedarse embarazada en el mes de noviembre
Estamos entrados en el otoño y se siente ya la llegada de los días más fríos. Concebir un bebé en noviembre tiene algunas ventajas, especialmente durante los primeros dos trimestres del embarazo (que veremos a continuación), aunque también tendrá uno que otro inconveniente, pero con una recompensa final maravillosa: nuestro bebé.
Cabe aclarar en este punto que hablamos de mujeres embarazadas que viven en el hemisferio norte, ya que hablamos de las estaciones de acuerdo a estas latitudes. En realidad, el embarazo no dura exactamente nueve meses, por lo que los trimestres tampoco son exactamente de tres meses cada uno, pero daremos una aproximación.
Primer trimestre: noviembre, diciembre y enero/febrero
Según la regla de Naegele, la fecha de probable de parto se calcula para el mes de agosto o primeros días de septiembre del siguiente año, según el momento en que haya sido concebido el bebé.
El primer trimestre coincide con la llegada del frío y el comienzo del invierno. El calor ya se ha ido, lo cual es algo positivo para aminorar la molestia más habitual al comienzo del embarazo, las náuseas, que suelen empeorar en épocas de calor.
Sin embargo, pocas mujeres se libran de ellas. Suelen aparecer especialmente durante la mañana, pero pueden hacerlo en cualquier momento del día, y aunque son más frecuentes e intensas en el primer trimestre y luego desaparecen, algunas mujeres las sufren durante toda la gestación. Así que procura incluir en tu dieta alimentos que ayuden a aliviarlas como plátano, galletas saladas, manzana, jengibre, arroz...
Otro aspecto positivo de concebir en noviembre, es que ese típico sueño y cansancio que nos invade durante los primeros meses será más llevadero, pues tomar siestas por la tarde sin duda será algo muy disfrutable en los días más frescos.
Por otro lado, realizar alguna actividad física es algo en lo que también nos beneficiamos al vivir el primer trimestre, pues podremos salir a caminar o ejercitarnos al aire libre sin preocuparnos por las altas temperaturas (aunque es importante mantenernos bien hidratadas).
Otra ventaja es que te enterarás que estás embarazada en época navideña, con la ilusión de dar la buena nueva como regalo de Navidad, o tal vez prefieras esperar hasta que pasen las primeras 12 semanas para contarlo.
Segundo trimestre: febrero, marzo y abril/mayo
Pasada el primer trimestre, nos adentramos en el segundo trimestre, el que más se disfruta, puesto que las molestias más habituales comienzan a remitir, te sientes llena de energía y todavía el peso y el tamaño de la barriga no son limitantes.
La barriga comenzará a mostrarse e irá haciéndose cada vez más visible. Tendrás que comenzar a usar ropa premamá si no lo has hecho todavía, con la ventaja de que con unos pocos básicos como un vaquero maternity, unos leggings negros y un vestido que puedas seguir utilizando cuando nazca el bebé, tendrás el armario solucionado.
Esta época será ideal para que sigas practicando ejercicio. Hacia el final de trimestre llegará la primavera, una época ideal para recargar energía al aire libre, dar paseos y caminatas en la naturaleza.
Por otro lado, con la transición entre invierno y primavera es posible que sufras de astenia primaveral, un trastorno temporal que se caracteriza por un estado de apatía y cansancio constantes, que se piensa está ocasionado por la necesidad de nuestro cuerpo de adaptarse al aumento de horas de luz, la temperatura y la cantidad de polen en el ambiente.
Tercer trimestre: junio, julio y agosto (o septiembre)
El tercer trimestre es cuando la barriga crece más rápidamente, pues el bebé también aumenta de tamaño a pasos acelerados. La altura de la barriga desde el pubis suele coincidir con la edad gestacional, es decir a las 35 semanas, 35 centímetros.
Los últimos meses los vivirás en pleno verano. Para mí, que soy amante del calor, ha sido una experiencia maravillosa a pesar de los kilos de más, y pasar las últimas semanas en época estival, ha tenido muchas ventajas.
Lo que más te afectará es la retención de líquidos, haciendo que sientas las piernas y tobillos algo hinchados, que sumado al peso y el tamaño de la barriga, pueden acrecentar el dolor en la pelvis y el dolor de espalda. Para aliviarlos, la piscina es una gran aliada para refrescarte y para hacer ejercicio en un medio acuático, donde el peso de la barriga no se siente.
En las últimas semanas podrás disfrutar de tu embarazo en la playa o piscina y tu bebé nacerá en una época ideal que coincidirá con tus vacaciones y podréis disfrutar juntos el mayor tiempo posible.
Cuándo nacerá tu bebé
Quedarse embarazada en noviembre, implica que tu fecha probable de parto será en agosto o principios de septiembre, dependiendo del momento del mes en el que se haya producido la concepción.
Según diversos estudios realizados sobre la época de nacimiento, nacer en los meses de mayor luz solar está relacionado con:
- Son alegres y menos propensos a la depresión: según un estudio publicado en la revista Nature Neuroscience, los ciclos de luz de verano tendían a reducir el riesgo de trastorno afectivo estacional (depresión de invierno), depresión bipolar y esquizofrenia para los nacidos en los meses de verano y aumentar para los nacidos en invierno.
- Son propensos a los cambios de humor: si bien son propensos a la positividad, también pueden verse afectados por los cambios de humor. El temperamento ciclotímico (caracterizado por cambios rápidos y frecuentes entre estados de ánimo tristes y alegres).
- Son más fuertes y altos: los bebés nacidos durante el verano y a principios del otoño serán más fuertes y más altos. El efecto podría deberse a las concentraciones de la hormona melatonina dependiente de la luz en el cuerpo de la madre, lo que podría estimular la secreción de hormonas de crecimiento.
¿Embarazada en otros meses del año?
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