Durante el embarazo, hay medicamentos que están permitidos de tomar porque se considera que son seguros, mientras que existen otros que debemos evitar en la medida de lo posible, pues podrían afectar al desarrollo del bebé tanto a corto como a largo plazo.
Unos de ellos, son los antibióticos, pues se ha encontrado que tomarlos puede aumentar el riesgo de aborto espontáneo y un mayor riesgo de asma en el niño. Ahora, un nuevo estudio encontró que ciertos antibióticos pueden aumentar el riesgo de defectos de nacimiento en el bebé si son tomados durante el primer trimestre de embarazo.
Publicado en la revista BMJ, el estudio analizó a 240.654 niños nacidos entre 1990 y 2016, incluyendo a 82.314 niños a cuyas madres se les prescribió penicilina o macrólidos. El objetivo, era revisar si había alguna relación entre estos y defectos de nacimiento y trastornos del desarrollo neurológico a largo plazo.
Aunque ambos son antibióticos prescritos para tratar infecciones bacterianas, los macrólidos son indicados para las personas que son alérgicas a la penicilina. En estos, se incluyen eritromicina, claritromicina y azitromicina, y son frecuentemente recetados.
El estudio encontró que tomar macrólidos durante el primer trimestre de embarazo aumentaba el riesgo de malformaciones mayores a 28 de 1.000 nacimientos, mientras que en el caso de la penicilina, el riesgo era de 18 por cada 1.000 nacimientos.
A pesar de que el estudio no pudo comprobar la relación causa y efecto, con esto confirman que tomar macrólidos en el embarazo sí puede ocasionar defectos de nacimiento, y estiman que por cada 1.000 mujeres a las que se les dan macrólidos en lugar de penicilina durante el primer trimestre de embarazo, podría haber 10 defectos de nacimiento adicionales y cuatro malformaciones cardiovasculares adicionales.
En cuanto a trastornos del desarrollo neurológico, el estudio no encontró ninguna relación entre éstos y los macrólidos, así como tampoco hubo riesgo asociado entre defectos del nacimiento y los macrólidos que fueron tomados antes de la concepción.
Es importante aclarar que si bien el uso de estos antibióticos puede aumentar el riesgo de defectos en el bebé, es importante tratar cualquier infección antibacteriana durante el embarazo, porque esta podría ser altamente perjudicial para el bebé.
Lo mejor en cualquier situación, es no usar los antibióticos de forma descuidada, nunca automedicarse y siempre consultar con el médico, para que pueda recetar la opción más segura tanto para las madre como para el bebé, y siempre mencionar la existencia o posibilidad de un embarazo al personal de salud.
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Vía | Insider
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