Todavía recuerdo una pregunta que me hizo la enfermera de pediatría en una revisión rutinaria de mi hijo, creo recordar que la de los 6 meses: '¿Has observado si tu hijo realiza movimientos con el pulgar y el índice a modo de pinza?' Yo no pude evitar soltar una carcajada, porque llevaba algún tiempo fascinada con ese gesto en mi hijo. A veces incluso, parecía querer atrapar con sus deditos algo que flotaba en el aire y él mismo observaba con curiosidad ese nuevo movimiento de sus manos.
Había pasado de sujetar los objetos con la mano completa a realizar gestos más precisos, que ya requerían cierta destreza. Ahora le atraían objetos de menor tamaño y trataba de atrapar hasta las pelusas con esa recién descubierta 'herramienta-pinza' en que se habían convertido su pulgar e índice.
Una pinza muy natural
Algo que a mí como madre primeriza me tenía absorta, pronto descubrí que forma parte del desarrollo psicomotriz del niño y, que al igual que el resto del desarrollo físico, cognitivo, social o emocional requiere de un aprendizaje, que nosotros los padres podemos facilitar de forma divertida.
El desarrollo de la motricidad fina, aquella que hace referencia a los movimientos voluntarios y precisos que requieren cierta coordinación, que tienen que ver con las prensiones o agarres de objetos, es fundamental para un aprendizaje posterior en el colegio y para un desarrollo pleno del niño.
Ya desde aproximadamente los 6 meses, podemos estimular al bebé mediante el juego, recuerda, siempre de forma divertida, para que adquiera ciertas habilidades en este campo.
10 actividades para desarrollar la motricidad fina
• Jugar con pinzas de la ropa sujetando una tela o una cartulina • Rasgar papel o cortarlo con tijeras de punta roma (niños más mayores) • Enseñar a coger los lápices o las pinturas de forma adecuada para colorear con más precisión • Trabajar materiales de texturas blandas como plastilina • Permitirles manipular ciertos alimentos que pueden comer solos • Estrujar hojas secas de árboles • Despedazar papeles especiales de diferentes texturas y crear figuras con ellos • Apilar objetos o hacer construcciones • Encajar piezas en su hueco correspondiente • Presionar teclas de instrumentos o de juguetes
10 ejemplos de la infinidad de tareas que les permitirá adquirir cierta destreza con sus manos, a la vez que descubren la riqueza del mundo del que forman parte.
Fisher-Price, consciente de la importancia de la motricidad fina en el desarrollo integral del bebé, nos proporciona algunas herramientas, con las que nuestro hijo podrá aprender de forma divertida, mientras le ayudamos a desarrollarse a nivel motriz.
Juguetes como el Cocodrilo Bloques sorpresa o los Bloques Infantiles, con piezas que podrás apilar o encajar y juguetes que requieren de cierta destreza en su uso como el Rinoceronte de Actividades o Mi Ordenador Hablador son solo 4 ejemplos de la variedad de juguetes que nos pueden resultar prácticos en esta faceta del desarrollo del niño.
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