Contenidos contratados por la marca que se menciona

+info

Los 10 juguetes más queridos: pingüino proyector musical, reconociendo imágenes y melodías

Cuando tenemos un bebé, nuestra familia y amigos tratan, con toda la buena fe del mundo, de asesorarnos y anticiparnos posibles errores que podamos cometer debido a nuestra falta de experiencia en este nuevo rol de padres.

Recibimos consejos e información de numerosas fuentes, pero es nuestro sentido común y la elección del tipo de educación que vamos a dar a nuestro hijo, lo que determinará cuáles vamos a aceptar, cuáles aplicaremos solo en parte y cuáles no encajan en nuestra percepción como padres.

Admito que yo soy de las que se deja llevar por su intuición y aunque a veces, como todo el mundo, me equivoco, al final siempre salgo airosa de las situaciones más complejas.

Por eso, cuando una de mis mejores amigas, con dos hijos, me comentó que algunos padres, y era obvio que se refería a mí, tendemos a sobre-estimular a nuestros hijos, yo me enfadé. Según deduje de sus palabras, emocionados y ansiosos por presentarle a nuestro hijo el mundo del que ya forma parte, queremos que aprendan con rapidez, les tenemos en brazos casi todo el día y no paramos de hacerles monerías y les proporcionamos juguetes no acordes con su edad, porque vemos en ellos habilidades especiales innatas y confiamos en su capacidad de aprender a un ritmo más rápido que el resto de los niños.

Ahora, más relajada y echando la vista atrás con una perspectiva más amplia, me quedo con el trasfondo de sus palabras. Por supuesto, no hay nadie mejor que los padres para definir el ritmo de aprendizaje de su propio hijo y cada niño es único, pero partiendo de esta premisa y sin que sirva de precedente (volvería a hacerlo de la misma forma), sí comprendo que es aconsejable racionalizar el uso de los juguetes, entendiendo que el aprendizaje es un proceso que requiere un tiempo y que en el caso de un recién nacido, tiene toda la vida por delante.

No por mucho madrugar amanece más temprano

Todos los niños necesitan un período en el que deberán aprender a adaptarse a un entorno que les resulta novedoso, donde hay ruidos molestos, cambios de luz, visitas de gente extraña que no para de gesticular y emitir sonidos incomprensibles...la mejor forma de ayudarles a ubicarse es darles un tiempo para conocerse a sí mismos y para ello es importante también favorecer el relax y los espacios que inducen a ello.

El pingüino proyector musical proporciona a los padres una herramienta con la que estimular al niño a nivel visual y auditivo, mientras se relaja escuchando alguna de sus melodías o aprendiendo a reconocer iconos de trazados simples que le irán aportando confianza y tranquilidad.

Permite la opción de cambiar los dibujos a través de unas láminas, dejando las figuras más detalladas para cuando el bebé haya desarrollado un poco más su agudeza visual. Música clásica, nanas o sonido de la naturaleza sonarán durante unos 15 minutos, ofreciéndote la posibilidad de diferentes combinaciones de luces y sonidos.

Una forma divertida y relajante de comenzar el aprendizaje que le ayudará a afianzar su confianza y a disfrutar identificando las diferentes formas y colores o diferenciando las distintas melodías, mientras aprende a autocalmarse y a conciliar el sueño de forma relajada.

También te puede gustar

Portada de Bebés y más

Ver todos los comentarios en https://www.bebesymas.com

VER 1 Comentario