Si te preguntan una de las cosas más gratificantes de ser madre o padre, probablemente muchos de vosotros responderéis que ver a vuestro hijo lleno de vida y feliz. Sin lugar a dudas, no hay mejor respuesta a tus cuidados y cariño que la sonrisa de tu bebé.
Ahora que está tan de moda el Feedback o retroalimentación, es en la relación con tu hijo dónde adquiere verdadera relevancia, porque la mayoría de las veces actuamos buscando su felicidad y verle sonreír nos devuelve la respuesta esperada y nos anima a continuar por el mismo camino.
¿O ya no te acuerdas de las veces que has jugado a cu-cu-tá, has imitado a una cacatúa o has fingido caerte…todo por arrancarle una sonrisa o incluso una carcajada?
No creo que exista nadie en este planeta que cuestione la importancia de la risa en el ser humano y, particularmente, en el niño.
¿A que sabes por qué te sonrío?
Primero, porque es una de las primeras formas de expresión, junto con el lloro, que le da la oportunidad de comunicarse de forma efectiva con sus progenitores. Comprendemos qué es lo que le hace feliz y cómo se siente en ese determinado momento.
Segundo, la sonrisa proporciona al bebé una herramienta perfecta para socializar y ser aceptado por los adultos. Cada vez que algún familiar o hasta la señora del supermercado se acerca a él a hacerle alguna monería, la respuesta esperada es siempre en forma de sonrisa. “Qué simpático, mira cómo me sonríe" o en su defecto “¿es serio, verdad?" cuando justo en ese momento al pobre niño no le hacen ninguna gracia los gestos desmesurados de esa extraña.
Tercero, a nivel físico hay estudios que afirman que al sonreír o reír los niños refuerzan su sistema inmunológico gracias a la liberación de endorfinas y que además, estos niños son más risueños y más receptivos a la hora de adquirir nuevos conocimientos o enfrentarse a experiencias nuevas.
Cuarto, les ayuda a relajarse y es un buen recurso para sacarles de situaciones que les desconciertan. Por ejemplo, si tu hijo está asustado o se acaba de caer al suelo, trata de desviar su atención hacia algo que le haga sonreír y no tardará en olvidarse de aquello que le resultaba desagradable.
En Fisher-Price también nos gusta ver a los niños y a toda la familia felices, por eso hemos creado los Risis, unos simpáticos compañeros con los que compartir muchos momentos divertidos.
No sé cómo parar de reír
Ahora, cuidado con los excesos. ¿Cuántas veces hemos visto a padres hacer cosquillas a los niños hasta extenuarlos solo por oír su risa repetidamente? Como todo, hasta la risa debe ser comedida. Cuando veamos que el niño se está poniendo nervioso o no sabe cómo parar, nosotros tenemos que manejar la situación, ya que aún son muy pequeños para dominar sus emociones.
No sabemos cuándo la sonrisa del bebé pasa de ser un gesto involuntario a convertirse en una respuesta racional y controlada, pero seguro que muchos de vosotros habéis percibido la evolución en este sentido. Al principio el niño la utiliza como una forma de llamar la atención del adulto porque aprende que a éste le agrada, pero con el tiempo se convierte más en una respuesta que en una demanda, aunque a nosotros nos guste de todas formas y en todas las etapas.
Esperemos que esa sonrisa les acompañe toda su vida y que siga siendo tan inocente y sincera como hasta ahora.
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