La edad en que las parejas están teniendo a sus primeros hijos está aumentando de año en año. En los años 70, por ejemplo, la media de edad de la mujer era de cercana a los 24-25 años, y desde los 80 no ha dejado de aumentar hasta que en el 2011 se superó por primera vez la barrera de los 30 años (30,11 años), que ha seguido subiendo hasta los 31,55 años de media del año 2014.
Este aumento está provocando que cada vez más parejas tengan problemas para concebir, y que en muchos casos tengan que acabar haciendo uso de métodos de ayuda a la fertilidad, como la inseminación o la fecundación in vitro. Ahora, un método que no es nuevo, porque tiene ya 100 años, podría ayudar a algunas mujeres a concebir a su bebé sin tener que pasar por una FIV, y de un modo mucho más económico: irrigar las trompas de Falopio con aceite.
Ya se usaba en 1917
Hace 100 años se empezó a utilizar este método que en la actualidad no se tiene apenas en cuenta. Al parecer, muchas mujeres conseguían quedarse embarazadas, aun cuando habían sido consideradas estériles, al irrigar con agua o aceite de semilla de amapola yodado las trompas para llevar a cabo una radiografía.
Es decir, para poder observar bien la anatomía de las trompas se introducía líquido antes de hacer lo que se conoce como histerosalpingografía, observándose después que muchas mujeres sometidas a la prueba lograban quedarse embarazadas (esta prueba aún se hace ahora, pero no se considera como método de fertilidad).
Sin saber si el tipo de solución empleada tenía algo que ver con el éxito posterior, un grupo de investigadores holandeses decidieron llevar a cabo un estudio para observar qué pasaba al irrigar con ambas soluciones las trompas de un grupo de mujeres con problemas de fertilidad.
Todas se beneficiaron
Para el estudio, contaron con más de 1.100 mujeres en tratamiento por esterilidad que se dividieron en dos grupos: unas recibieron el aceite de semilla de amapola yodado y las otras un contraste basado en agua.
Observaron que a los seis meses prácticamente el 40 por ciento de las del grupo del aceite lograron quedarse embarazadas, por un 29 por ciento en las del grupo del agua.
Curiosamente, el mencionado aceite está disponible en cerca de 50 países de todo el mundo, de modo que podría considerarse como opción para muchas mujeres, antes de someterse a otros procedimientos más costosos o invasivos.
Según leemos en Medline, los investigadores lo relatan así:
Las tasas de embarazos exitosos fueron significativamente más altas en el grupo del aceite, y tras apenas un tratamiento. Se trata de un resultado importante para las mujeres que no han tenido otra opción que buscar la FIV. Ofrece nuevas esperanzas a las parejas estériles.
La única incógnita es el porqué. No saben qué provoca ese aumento de probabilidad de embarazo y por eso consideran que el paso siguiente sería investigar sobre los procesos que suceden en el cuerpo de la mujer al irrigarse sus trompas con un líquido así. De todas maneras, considerando que dichos contrastes se han utilizado durante 100 años sin efectos secundarios importantes, consideran que es una gran opción a tener en cuenta antes de llevar a cabo una FIV, ya que puede aumentar la probabilidad de éxito de las relaciones con la pareja, así como las de embarazo después de una inseminación artificial.
No solo hay un beneficio conocido, sino que este procedimiento de irrigación también cuesta una fracción de lo que cuesta un ciclo de FIV. Dado que un 40 por ciento de las mujeres en el grupo del aceite lograron un embarazo exitoso, eso es un 40 por ciento de parejas que podrían evitar tener que afrontar los inmensos costos y emociones asociados con la FIV.
De hecho, son muchos los profesionales que se habían dado cuenta de ello y que, después de realizar la prueba con contraste, recomiendan a las parejas que mantengan relaciones sexuales en las semanas y meses posteriores, o que si tienen que hacerse la inseminación, no tarden demasiado.
Pero los contrastes con aceite se utilizan cada vez menos
Aunque tienen más éxito a nivel reproductivo, como hemos visto en el estudio, en muchos centros ya no se utilizan los contrastes basados en aceite porque conllevan un riesgo ligeramente superior de enfermedad inflamatoria pélvica y de padecer otros efectos secundarios, que pueden ser dolor pélvico durante uno o dos días, sangrado vaginal leve, fiebre y escalofríos. Y raramente se produce una infección pélvica o una reacción alérgica al contraste.
En cualquier caso, los investigadores consideran que en los centros de fertilidad debería proponerse como método previo a una FIV, por si funciona, sobre todo porque la FIV también tiene ciertos posibles efectos secundarios asociados y un coste mucho mayor.
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