¿Te da pereza sacar la ropa de verano? Hazlo sin agobios en nueve pasos

Hace ya tiempo que empezó a hacer calor, pero tu hijo sigue yendo al colegio con pantalones gruesos y camisetas de manga larga y amanece sudando por dormir con el pijama de invierno. Son síntomas inequívocos de que, un año más, vamos tarde para sacar la ropa de verano.

Una tarea que a muchas se nos hace cuesta arriba, sobre todo si hay más de un niño en casa, porque no solo se trata de ordenar; también hay que ver lo que les queda bien y lo que no, qué guardamos para el año que viene, de qué nos deshacemos... Con estos nueve pasos sacar la ropa de verano da menos pereza.

1. Ponle día y hora a la "operación armario"

Llama a tu amiga la organizada, colócale a los niños a alguien o lo que se te ocurra, pero ponle día y hora a esta ingrata (para muchas de nosotras) tarea. Si la tienes agendada y te has organizado para ello tienes tiempo para mentalizarte y evitarás posponerla cuando llegue el momento.

2. Guarda la ropa de invierno...

Aquí no me voy a extender mucho porque este post va de la ropa de verano, pero hay que tener en cuenta que todo lo que hagas este año te lo ahorrarás el que viene. La ropa mejor guardarla limpia (no usar suavizante) y siempre poner una nota en la caja con el nombre y qué tipo de prendas van dentro (así también facilitas la búsqueda si necesitas algo puntual cuando ya lo hayas guardado) y utilizar algún producto repelente de polillas. Los expertos recomiendan usar cajas de plástico (que además se pueden apilar unas encima de otras) o bolsas para ropa y evitar las cajas de cartón o las bolsas de supermercado. Ojo con las humedades o el sol directo en el lugar donde vayamos a tener la ropa almacenada hasta la siguiente temporada.

3. ...pero no toda

Te pueden hacer falta prendas de abrigo si te vas de vacaciones a un sitio de clima frío o si vas a la playa, donde suele refrescar por la noche. En los aviones o trenes el aire acondicionado suele estar bastante fuerte. Curiosamente, donde más he echado en falta prendas de abrigo en verano ha sido precisamente en países en los que hace mucho calor, porque cuando entras a un restaurante o un centro comercial parece que estás en el polo norte y los peques, sobre todo cuando son bebés, se quedan helados. Conviene guardar algunos pantalones y camisetas de manga larga (o sudaderas finitas) algún pijama entero y no olvidarse de los calcetines.

4. Revisa altillos, trasteros... y haz memoria

¿Te ha pasado que, buscando otra cosa, te has encontrado con ropa que te habían dado para tu hijo y ya no puede usar porque es demasiado pequeña? La operación cambio de armario es el mejor momento para revisar altillos, trasteros, armarios o bajo las camas en busca de ropa que hayas podido guardar en su momento y le pueda servir a los niños esta temporada.

5. Selecciona

A lo mejor has sido muy cuidadosa y has guardado la ropa del año pasado súper organizada por niño y tipo de prendas (pijamas, ropa de calle...). Pero vamos a suponer que no ha sido así y lo que tienes es una enorme montaña colorida. Lo primero y más básico, si tienes más de un hijo, es separar por niño.

6. Clasifica

Una vez hecho esto, la siguiente clasificación es: lo que le vale para esa temporada y lo que no. Habrá cosas que veas claramente que le van bien (derechitas al armario) y luego quedará inevitablemente la sección “dudas”. Esto es un problema, porque probarles ropa durante dos horas no suele ser una actividad entretenida para ellos. Así que no queda más remedio que dejar estas prendas apartadas e ir probándoselas cuando se deje para luego mandarlas a su lugar correspondiente.

7. Desecha

Ahora vamos con la ropa que no vale. Si hay hermanos más pequeños, está claro. Guardarla y poner en la caja/bolsa lo que es y la talla para evitar el punto 4. En caso contrario, llega el momento de deshacerse de lo que les queda pequeño.

Hay prendas que, por su precio, calidad o estado (por ejemplo ropa para eventos que los niños han usado muy poco) se pueden vender a través de internet. Lo que está bien se reparte entre sobrinos, hijos de amigas, etc. o también se puede donar y las prendas que están inservibles, a reciclar.

8. Sí, la del bebé también

Si es el segundo o tercer verano de tu bebé tienes un problema: cuando empieces a sacar todos esos bodys minúsculos y demás prendas adorables te vas a emocionar, te vas a acordar de lo pequeñito que era cuando lo llevaba puesto y te vas a dar cuenta de lo rápido que crece y que dentro de nada ya no será un bebé.

Aquí ya estarás hecha un mar de lágrimas y vas a necesitar la ayuda de la amiga organizada, tu pareja y hasta de la compañera Lucy Ortega, que te da un montón de ideas en este artículo sobre qué hacer con la ropa de bebé que se le ha quedado pequeña antes de recurrir al clásico "ya lo pensaré el año que viene" que nos remite al punto número 2.

Aquí vendría la parte de cómo ordenar la ropa en el armario o cajoneras, pero eso da para un post aparte, así que me lo guardo para otro día.

8. Vete de compras

Ahora que ya tenemos ordenada toda la ropa de verano ya podemos hacer una lista detallada de qué les hace falta a los niños para esa temporada, lo que nos ayudará a no comprar por impulso y gastar más de la cuenta.

Si te lo permite el presupuesto es el momento ideal para comprar muy rebajada la última ropa de invierno que haya quedado y guardarla para el año que viene (por supuesto, calculando una talla más). ¿A que con estos nueve pasos ya no da tanta pereza sacar la ropa de verano?

En Bebés y más ¿El desorden te genera estrés? Cinco claves para mantener el orden en una casa con niños, Mimar la piel del bebé: la ropa

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